Adultas y siguen creyendo en sirenas
- jueves 19 de enero de 2017 - 12:00 AM
TENDENCIA
Caitlin Nielsen decía que cuando fuera grande quería ser una sirena. Ahora que es una mujer de 32 años cumplió su sueño e integra una extraña comunidad de personas que se asumen como mitad humanos y mitad peces y se llaman a sí mismos merfolks (de mermaid , sirena en inglés).
En 2015, Caitlin dejó su trabajo para transformarse en una sirena a tiempo completo. Bajo su seudónimo de ‘Cyanea', se gana la vida haciendo talleres con recomendaciones para convertirse en sirena y creando majestuosas colas de silicona.
Para ella y para los que integran la comunidad de sirenas, es más que una cola: es parte de su cuerpo y se refieren a ella como ‘extremidad ortopédica'.
En 2016, unas 200 sirenas de todo el mundo se reunieron en Greensboro, Carolina del Norte, para Mermania, la más grande convención de sirenas de la historia, donde exhibieron sus trajes, maquillajes y accesorios en una piscina olímpica durante horas.
En los Estados Unidos, la comunidad de merfolks no para de crecer. Compiten en la confección de elaboradas cola de silicona que cuestan hasta $3,500, las cuales usan para nadar en piscinas y en el mar, y se reúnen en conferencias por todo el país.