Curas sobre ruedas: la fe también cabalga en moto

- domingo 27 de julio de 2025 - 12:00 PM
En los pueblos lejanos los sacerdotes viajaban en caballos o caminando. Con las redes sociales se ha conocido que lo hacen de forma distinta: los motores, y no de carros. Se les conoce como curas motoristas, una particular hermandad de sacerdotes católicos que combinan su fe con la pasión por las motocicletas. Para ellos, el camino del Señor también se transita a dos ruedas.
Uno de los más conocidos es el padre Jesús Llopis, español con presencia activa en redes sociales como TikTok e Instagram, donde comparte mensajes religiosos mientras posa con su moto. “La moto me ayuda a llegar donde no llega el púlpito”, ha dicho Llopis, quien no ve contradicción entre ser cura y motero.
Otro caso es el del polaco Tadeusz Rozmus, apodado “Don Biker”, quien no solo se moviliza en su Harley-Davidson, sino que también organiza peregrinaciones para motociclistas creyentes. En 2021, Rozmus presidió una misa masiva en la localidad de Łódź, Polonia, en la que cientos de motociclistas recibieron su bendición.
En América Latina también hay ejemplos. El colombiano padre Gonzalo Moreno, conocido en redes como El cura motero, ha recorrido varias rutas llevando su mensaje de paz y reconciliación a zonas rurales. En una entrevista con Caracol Noticias, relató cómo su motocicleta le ha permitido llegar a comunidades donde “no hay iglesias ni caminos pavimentados, pero sí mucha fe”.
Y como todo en la vida, ellos no están excentos de los problemas. El sacerdote español Marcial Llorente, un apasionado de las motos y fundador de un grupo cristiano de moteros llamado Los Ángeles Guardianes, falleció en 2020 tras un accidente de tránsito cuando se dirigía a una jornada juvenil en Galicia. Su legado sigue vivo en cientos de motociclistas católicos que lo recuerdan como “el cura que predicaba con casco”.
Aunque para algunos pueda parecer una combinación extraña, estos curas aseguran que su afición no solo no contradice su fe, sino que les permite acercarse a personas alejadas de la Iglesia. “Una moto puede ser el puente para hablar de Dios sin prejuicios”, asegura Llopis en uno de sus videos virales.
La Iglesia no prohíbe esta práctica, siempre que se mantenga el decoro y la misión pastoral. Al final, como diría San Pablo, lo importante es “hacerse todo para todos, para salvar a algunos”.