Carla Morán, violada por un ser invisible

Carla Morán, una madre viuda de cuatro hijos que vivía en la localidad californiana de Culver City, Estados Unidos, se presentó un día d...
  • domingo 22 de septiembre de 2013 - 12:00 AM

Carla Morán, una madre viuda de cuatro hijos que vivía en la localidad californiana de Culver City, Estados Unidos, se presentó un día de 1974 ante un equipo de expertos del laboratorio de parapsicología de la Universidad de California. Ella les aseguró que casi todas las noches una entidad invisible la violaba en su propio dormitorio.

La primera reacción de los parapsicólogos fue atribuir los ataques a un supuesto ‘desorden mental’ de la mujer. Sin embargo, sus opiniones no fueron tan concluyentes cuando la examinaron físicamente: Carla presentaba recientes magulladuras en sus piernas, arañazos en el cuerpo, mordidas y lesiones en la zona genital.

Barry Raff, jefe del equipo de expertos y quien conocía que en la antigüedad había un registro de agresiones sexuales atribuidas a entidades invisibles demoniacas llamadas íncubos, entrevistó en profundidad a Carla Morán, también a sus hijos y a algunos vecinos. Estos le confesaron que también habían sido testigos de los extraños fenómenos causados por el invisible atacante, que desde ese momento comenzó a ser llamado ‘el ente’.

El hijo mayor de Carla Morán, quien entonces tenía 16 años, relató que una vez oyó a su madre llorar y fue al dormitorio. Allí vio cómo algo zarandeaba a su madre en la cama, pero cuando se acercó a ayudarla, algo le golpeó en la cabeza y lo lanzó violentamente hacia atrás. El adolescente terminó con un brazo roto.

Los expertos, entre los cuales se encontraban Raff y el hipnólogo Kerry Gaynor, se instalaron en el domicilio de Carla en espera de alguna prueba más concreta de la existencia de su invisible agresor. Así lograron captar dos fotografías, que posteriormente dieron la vuelta al mundo, en las que aparecían reflejadas unas extrañas y enigmáticas luces que rodeaban el cuerpo de Carla.

Gaynor, en la segunda visita a la casa de los Morán, explicó: ‘Vimos pequeños estallidos de luz que sucedían rápidamente. Intentamos fotografiarlos, pero sucedían demasiado rápido’. Instantes después la mujer se dio cuenta de que el ente estaba en el dormitorio. Todos corrieron hacia allá y fue cuando aparecieron las luces y tomaron las instantáneas con la Polaroid.

En la tercera noche, cuando la mujer avisó que el ente estaba en la casa, una luz salió de la pared y se desplazó hasta el medio de la habitación.

‘Esa luz empezó a girar y a expandirse en todas direcciones. Nueve fotógrafos profesionales estaban distribuidos por la habitación disparando sus cámaras desde todos los ángulos. Fue increíble, ¡esa cosa flotaba en medio de la estancia y era dimensional! Es imposible falsificar algo así sin disponer de sofisticados sistemas de láser. Nosotros vimos bolas de luz. De algún modo las cámaras recogieron arcos luminosos, pero lo que nosotros vimos eran bolas de luz’.

UN ENTE CON FORMA DE HOMBRE

Carla siempre les aseguró a los parapsicólogos que cuando el ente la violaba cobraba solidez y tenía la anatomía de un hombre alto y fornido, lo que fue corroborado visualmente por Gaynor. ‘Primero vimos cómo se formaba la cabeza y luego los hombros. Después la luz fue descendiendo hasta que una silueta se dibujó entera. Era una luz verde-amarillenta. Cuando todo pasó, nos miramos unos a otros. No podíamos ni hablar’.

‘Cuando la aparición se esfumó, dos ayudantes se desmayaron’, dijo Raff.

Como los ataques continuaron produciéndose, Carla se instaló en una casa de cristal, ubicada en las dependencias de la Universidad de California, para que los expertos pudieran monitorear el siguiente ataque. No hubo que esperar mucho. En la siguiente noche el cuerpo de la mujer comenzó a retorcerse y moverse, como si alguien encima de ella la estuviera empujando y forzando. Lo extraño es que las cámaras de televisión dispuestas en el lugar no captaron nada extraño a su alrededor.

Carla, ante la infructuosa ayuda de los expertos, dejó de participar en los experimentos y se mudó a Texas con sus hijos. Los ataques persistieron, pero fueron remitiendo con cada nueva mudanza (5 en total). Al final, Carla vivió con relativa paz hasta que un cáncer le quitó la vida en julio del 2006.

Este inexplicable caso trascendió al público gracias a un libro escrito en 1978 por Frank de Felitta —El caso de Doris Bither (nombre ficticio con que fue llamada Carla Morán)—, quien llegó a ser testigo de una de las agresiones. El libro inspiró en 1982 la película de terror ‘El Ente’, dirigida por Sídney Furie y protagonizada por la actriz Bárbara Hershey.