La violencia armada volvió a teñir de luto al país con dos tiroteos ocurridos en la madrugada del sábado 19 de julio, dejando como saldo dos mujeres fallecidas y al menos seis personas heridas, entre ellas una adolescente embarazada.

En la ciudad de Colón, Yoselin Waltkins, de 27 años, murió tras recibir un disparo en la cabeza durante una balacera registrada en la intersección de Calle 7 y las avenidas Central y Bolívar.

Waltkins, conocida en su comunidad como ‘Chola’, era una joven cristiana muy querida. Fue trasladada al Hospital Dr. Manuel Amador Guerrero, donde falleció pese a los esfuerzos médicos.

Durante el mismo ataque resultaron heridos Willar Waltkins, de 25 años (con impactos en cuello, espalda y brazo), Kathia Morgan (herida en el brazo), una menor embarazada de 15 años (rozón de bala en el abdomen), y otro sujeto identificado como Ángel, alias ‘Bololo’, quien permanece estable bajo observación médica.

El hecho ha sido vinculado por las autoridades a disputas entre pandillas rivales, una problemática persistente en la provincia de Colón, que ya suma 73 homicidios en lo que va del año, según cifras extraoficiales.

En un segundo incidente, ocurrido en el sector de San Cristóbal, en Juan Díaz, Lina Alvarado, de 34 años, fue alcanzada por una bala perdida en la cabeza cuando regresaba a su hogar.

La balacera tenía como supuesto objetivo a un hombre, de 35 años, quien resultó gravemente herido y permanece hospitalizado. De acuerdo a las autoridades, este sujeto está vinculado al grupo criminal autodenominado ‘HP’ y mantiene antecedentes por un caso de robo agravado. En este hecho, otra mujer de 38 años también fue herida en la pierna.

Un vídeo que circula en redes sociales muestra a los atacantes llegando a bordo de una camioneta blanca, desde donde realizaron múltiples detonaciones contra un grupo de personas reunidas en un área residencial.

Las autoridades del Ministerio Público y la Policía Nacional han iniciado investigaciones por ambos casos, sin que hasta el momento se reporten capturas.

El gobernador de Colón, Julio Hernández, calificó estos hechos como “situaciones aisladas” y reiteró la necesidad de identificar y desarticular a las estructuras criminales que operan en las comunidades.