Le regaló una laptop a su hija antes de morir

La madrugada del pasado martes, el albañil Rodolfo Antonio Ruiz Escudero, de 49 años, se despidió de su padre y le dijo: ‘Ey, ‘Chicharró...
  • domingo 13 de noviembre de 2011 - 12:00 AM

La madrugada del pasado martes, el albañil Rodolfo Antonio Ruiz Escudero, de 49 años, se despidió de su padre y le dijo: ‘Ey, ‘Chicharrón’ cierra bien la puerta’ y se fue caminando por la vereda en busca del bus que lo llevaría a su trabajo.

Fue la última vez que Rolando Antonio Ruiz, de 69 años, vio con vida a su hijo. Diez minutos después, recibió la triste noticia de que sujetos que viajaban a bordo de un auto le habían disparado, matando al segundo de sus cinco hijos.

El crimen se registró a las 5:30 a.m. en el sector de El Valle de San Isidro, San Miguelito. Los desconocidos le propinaron tres balazos a su víctima por la espalda.

Antonio residía en el sector conocido como Apache y trabajaba como soldador en una construcción en Betania.

Su familia trata de buscar los motivos por los que mataron a Antonio, pero por más que dan vueltas y vueltas a sus pensamientos, no hallan ninguna causa.

‘Él era un hombre tranquilo, no tomaba, no fumaba y no cogía drogas’, comenta su padre, sentado con la mirada triste en el portal de su vivienda.

‘Él iba de su casa a su trabajo y de su trabajo a su casa’, interrumpe Zoila Bertiaga, esposa del finado.

La mujer saca de un sobre amarillo docenas de fotografías del hombre con quien estuvo unida por más de 17 años. Esas fotos son los únicos recuerdos que le quedan de su esposo.

En una de ellas Antonio aparece sonriendo junto a su hija Maylín Ruiz Bertiaga, en otra sentado en un sillón con una gorra y camiseta roja.

Precisamente, la semana pasada, Antonio le compró a su hija una laptop como adelanto de su regalo para su quinceaños, pues la adolescente cumplirá en enero. Zoila comenta que Antonio estaba contento y esperaba ver graduar a su hija, quien cursa el tercer año en la escuela Santiago de La Guardia, en San Miguelito.

POR LA ENVIDIA LO MATARON

‘Por envidia, por envidia mataron a mi esposo’, dice Zoila, quien asegura que Antonio no tenía problemas con nadie, eso sí, le gustaba vestirse bien, porque trabajaba para comprarse sus cosas.

En El Apache la gente no vive tranquila, pues los fines de semana pandilleros del sector de El Caracol pasan por sus veredas intimidando a los residentes .

‘Él no tenía problemas con nadie, él podía caminar por su barrio tranquilamente porque no le debía nada a nadie’, comentó Zoila, quien ahora, con su hija de 14 años, quedó desamparada y a causa de la violencia que impera en los barrios de la ciudad.

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