Dos pescadores se ahogan en San Carlos

Esa tarde ambos marineros cruzaron la vía Panamericana desde El Nance, y se introdujeron en el poblado del centro de San Carlos
  • domingo 08 de abril de 2018 - 12:00 AM

AHOGADOS?

Andrés Oriel Rivas Bethancourt, de 35 años, conocido en el barrio de El Nance como ‘Leche de pato', y su primo de 18, Demóstenes Sánchez González, levaron anclas en la playa la Ensenada de San Carlos, el mar guarda silenciosamente el secreto.

Esa tarde ambos marineros cruzaron la vía Panamericana desde El Nance, y se introdujeron en el poblado del centro de San Carlos, como todos los demás pescadores hasta la playa donde estaban las lanchas.

Demóstenes junto a su primo Andrés salieron a las 4:00 de la tarde del jueves 5 de abril del año 2000, de playa La Ensenada en una de las lanchas que zarparon rumbo a alta mar en busca de pescado fresco. Con ellos otras 20 lanchas llevaban a unos 70 pescadores que iban a iniciar una nueva faena.

Como siempre la rutina del pescador local es desde las 4 de la tarde hasta el día siguiente cuando regresan con el variado fruto del abundante mar Pacífico.

La alarma

‘Cuando llegó el viernes 6 de abril al mediodía vi que todos los carros que compran pescado en La Ensenada, entraban y salían y todos los pescadores y mercaderes me miraban ya que me conocían, incluso el dueño de la lancha no se atrevía a decirme nada, fue a las 2:00 de la tarde cuando me llevaron a la playa y me informaron que mi esposo y su primo no aparecían', recordó Eloísa del Carmen Sánchez, esposa de Andrés.

Los pescadores se unieron y a las 5:00 de la tarde comenzó una búsqueda por diferentes lugares en toda la costa, algunos llegaron hasta el Archipiélago de Las Perlas. Cuando la noche comenzaba a caer encontraron la lancha arrastrada por la corriente marina, pero Demóstenes como tampoco Andrés estaban en ella. Fue entonces que se dio la alarma a las autoridades.

Una llamada dio aviso a la policía sobre la desaparición de los dos marineros. No solamente los rescatistas del Sistema Nacional de Protección Civil, (Sinaproc) llegaron sino personal en helicópteros, bomberos y buzos.

La lancha de los dos pescadores estaba en una forma extraña: con la popa sumergida y la proa mirando al cielo, como suplicando ayuda. La mercancía y enseres estaban en una bóveda especial para guardarlos dentro de la proa, por eso todo se conservó intacto.

Singularmente extraño fue el hecho que todas las pertenencias de los dos marineros estaban en su sitio. ‘En la lancha se encontró todo, la mínima herramienta estaba en el mismo lugar, la comida estaba como ellos la llevaron dentro de sus vasijas, sus documentos personales y su dinero todo estaba ahí' comentó Eloísa.

De acuerdo con los inventarios de las pertenencias de los dos pescadores, lo único que faltaba en el bote era dos tanques de plástico que contenían combustible.

Tres semanas después

Después de casi un mes los cuerpos fueron encontrados pero muy distantes uno del otro.

El primer cadáver encontrado fue el de Andrés hallado en Pedasí el día 28 de abril. ‘Estaba casi entero, tenía dos huecos en los hombros, pero me pareció muy extraño que su pantalón color verde hoja, el cual era de un material fuerte que no se p udre con facilidad, estaba extrañamente deteriorado', dijo la viuda.

Continuó Eloísa: el cuerpo de él (Andrés) estaba más grande de lo normal, pero me explicaron que cuando una persona muere ahogada tiende a agrandarse en su tamaño.

Siete días después, el 6 de mayo en u na playa cercana a Punta Chame, encontraron los restos del joven Demóstenes. ‘Salió con un dolor de muela y dijo que a su regreso de pescar se iría para la provincia de Darién, pero nunca llegó', prorru mpió a llorar Diana González, su tía.

Demóstenes pasó toda su vida en San Carlos, en casa de su tía, en enero de ese año había cumplido su mayoría de edad, igualmente que su primo sabían nadar diestramente y no había razón ni lógica para que ambos sucumbieran en el mar. ¿Por qué murieron ahogados?

Danilo Mendoza, es un hombre de m ás de 40 años de experiencia en el mar, con rostro curtido por las inclemencias climáticas y un dedo de su mano derecha menos, asegura que ‘no hay explicación lógica para que los dos marinos se ‘ahogaran', pues esa fue la causa de la muerte de ambos, según las autoridades. ‘No pudieron matarse entre ellos. Posiblemente alguien lo hizo', finalizó.

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