Pandillas no están creyendo en nadie

Pareciera que los pandilleros de sectores peligrosos como El Chorrillo, les gusta ocasionar desastres, al mismo tiempo.
  • viernes 03 de octubre de 2014 - 12:00 AM

El domingo en la madrugada no solamente se registró el crimen del exjinete Pedro Flores, de 26 años, sino también resultó herido el joven Cristóbal Santana, y, minutos después, un sargento de La Policía estuvo a punto de perder la vida. Todo esto, a raíz del crimen de Flores.

Trascendencia

A las 3:05 de la madrugada del domingo se daba la alerta del homicidio de Pedro Flores. Su muerte fue ocasionada por un disparo en la cabeza, el cual, supuestamente, le fue propinado por el pandillero Reyniel Lasprilla, de 22 años.

Mientras el exjinete era llevado al Hospital Santo Tomás (HST), lugar donde segundos más tarde falleció, la Policía salió en busca de su homicida.

No creen en nadie

Los operativos se desplegaron en los alrededores del edificio conocido como ’15 pisos’, en calle 26, lugar donde se dio el crimen. Solo bastaron 15 minutos para atraparlo. Reyniel fue capturado junto a un muro, cuando intentaba desarmar a un Policía.

Todo parecía estar resuelto, pues al menos, el presunto homicida ya había sido capturado.

Lo que nadie pensó es que sus compinches no se quedarían de brazos cruzados.

Cuarenta y cinco minutos después de la captura, saldrían al escenario los compinches del detenido. Como no podían ir contra los Policías que se habían llevado a su amigo, buscaron al más cercano.

Los lugareños dicen que los tipos tenían cuchillos y armas de fuego. El objetivo más cercano resultó ser un policía, que se encontraba a 200 metros del lugar donde se dio el crimen.

Un policía identificado como el sargento Domínguez, se convirtió en el motivo de su desquite.

Sus intenciones eran matarlo, mientras hacía su turno, custodiando la residencia de Héctor Ávila, en calle 23, El Chorrillo, y así poder enviar un mensaje a la Policía.

Eran aproximadamente ocho sujetos, pero ninguno pudo cometer su fechoría debido a que el sargento logró esconderse, expresó un testigo.

Fuentes de la Policía señalaron que los tipos eran todos adultos y ya fueron identificados.

Moradores sienten que su Chorrillo está en llamas, ya que ni la Policía se salva de la ola de violencia.