¡ Nadie pagó por el crimen de Armando Morán Núñez !
- domingo 30 de agosto de 2020 - 12:00 AM
Armando Morán Núñez, de 25 años, viajaba de lunes a sábado desde Capira para trabajar como vendedor de pan en la capital panameña, pero el domingo 30 de agosto de 1987, tuvo que trabajar y una bala en la cabeza acabó con su vida.
Armando aprovechó la invitación de su jefe para laborar un domingo de quincena y así llevar un poco más de dinero a su joven familia. Un domingo como hoy se trasladó desde la comunidad de Caimitillo, corregimiento de El Lídice, en el distrito de Capira hasta la Panadería Serrano ubicada en Pedregal, para iniciar su jornada laboral.
El caso
La situación en Panamá era tensa, una organización creada por la sociedad civil denominada Cruzada Civilista había organizado una marcha en el distrito de San Miguelito y otros sectores de la ciudad capital, en contra de una creciente represión militar contra ciudadanos civiles que se oponían a la dictadura militar.
Federico Morales, de 26 años y compañero de trabajo de Morán resultó herido de perdigones y fue conducido en el mismo panel propiedad de la panadería, al cuarto de urgencias del Hospital Santo Tomás. Morán llegó muerto y Morales fue internado en la sala 2 del citado centro médico, el funesto hecho violento se registró entre las 3:30 y 4:00 de la tarde, reportó La Estrella de Panamá el 31 de agosto de 1987.
Mirmina Rodríguez de Morán, madre de los tres hijos de Armando, contó al diario El Siglo en 1998 que tras once años de subir y bajar las escaleras del Ministerio Público buscando información sobre el caso ningún funcionario le había ayudado.
‘Estas son las cosas que indignan al pueblo, quien observa cómo el Ministerio Público deja en libertad a los asesinos de civilistas y se olvida o archiva las denuncias de panameños que vivieron en carne propia el azote de una criminal dictadura militar', contó la viuda de Morán a este medio.
En tanto, Cayetano Morán, visiblemente conmovido por la muerte de su joven hijo, junto al cortejo que recorrió el trayecto de la iglesia de El Lídice al cementerio solamente comentó: ‘soy del campo, no soy conocido, espero que si no se hace justicia aquí que Dios haga su parte', contestó muy afectado.
¿Quién lo mató?
Carlos González de La Lastra describió los ataques como ‘una agresión absurda e innecesaria por parte de grupos paramilitares', al tiempo que acusó a varias figuras políticas adeptas al régimen militar de estar al frente de los actos violentos contra civiles desarmados.
Por su parte, el párroco de la Iglesia de Cerro Viento y San Antonio, David Cosca Restrepo, explicó a los medios de la época que ‘estando yo contra la pared de la estatua, sentí que ellos comenzaron a disparar, comencé a rezar y creo que no me tocó ninguna bala porque Dios estaba conmigo'.
Cosca refirió además ‘que desde las colinas adyacentes había personas disparando con carabinas contra los manifestantes antigubernamentales. En una cuneta había varios niños perdidos, rostros del pueblo asustado, de gente traumatizada, porque pensamos en una cuestión civilista y nos hemos encontrado con un par de asesinos', recordó Cosca.
Otro testigo, el sociólogo Joaquín Ortega, aseguró que ‘desde las colinas ubicadas cerca al punto de concentración de la protesta más de 10 personas disparaban con armas calibre 38, ametralladoras Uzzi, granadas de gas lacrimógenos y escopetas calibre 20'.
El sargento Dionisio Alba quien estaba de servicio en Panamá Policía, una dependencia de las Fuerzas de Defensa, relató a El Siglo que ‘en primer lugar ningún militar uniformado tuvo nada que ver con eso porque ese día yo estaba en el cruce de San Miguelito y teníamos orden de no usar las armas de fuego, solamente los artefactos de gas lacrimógeno, nosotros nunca disparamos', dijo Alba.
Armando Morán Núñez fue sepultado el jueves 3 de septiembre en el cementerio de El Lídice, en Capira. Su muerte ha quedado en el olvido de las autoridades y nadie pagó por su crimen.
Aún hoy sus deudos siguen esperando justicia.