Keny regresó a la escena del crimen

O nce días después de su detención, regresó al pueblo de Alanje. Keny Alberto Quintero, de 54 años, llegó con un chaleco antibalas puesto y las manos esposadas para una inspección que desarrollaron las autoridades judiciales en la escena del crimen de la niña Lina Fabiola Rojas Grajales.

Desde las 9:40 de la mañana de ayer, un fuerte contingente policial y funcionarios de la fiscalía escoltaron al imputado. La diligencia se realizó también en las inmediaciones de la Cooperativa de Trabajo Arenera de Alanje y detrás de la residencia de los padres de Lina.

El silencio se apoderó del poblado, Keny Quintero incluso levantó las manos esposadas para saludar a las personas que se encontraban a lado de la tienda del poblado.

Nadie le gritó improperios, ni María Grajales Serrano, madre de Lina, ni su padre Fabio Rojas, quienes visualizaron callados el momento en que el presunto asesino recorría los predios de su casa, acompañado de las autoridades en la diligencia de inspección.

Las autoridades buscan que Keny revele donde dejó el tubo que se presume utilizó para golpear en la cabeza a la niña de 10 años. El Ministerio Público informó que en la diligencia buscaban también indicios solicitados por la defensa del imputado.

Lina fue atacada y encontrada inconsciente en una casa abandonada frente a la residencia de sus padres el 9 de febrero, dos días después falleció en el Hospital Materno Infantil José Domingo de Obaldía en David.