Anthony Wainwright: secuestró, violó y mató a tiros a enfermera
- domingo 22 de junio de 2025 - 1:00 AM
Este martes, el estado de Florida ejecutó a Anthony F. Wainwright, de 54 años, con inyección letal en la prisión estatal de Raiford, cerrando un capítulo oscuro que comenzó en 1994 con la brutal violación y asesinato de Carmen Gayheart, una joven de 23 años que soñaba con ser enfermera.
La historia de Wainwright es un relato escalofriante que se remonta a tres días después de su fuga de una prisión en Carolina del Norte.
Junto a su cómplice, Richard Hamilton, secuestraron a Carmen en el estacionamiento de un supermercado en Lake City, Florida, mientras ella cargaba sus compras en su Ford Bronco azul.
Los fiscales relatan que los hombres la condujeron a un lugar apartado, donde la sometieron a una serie de atrocidades: la violaron, la estrangularon y le dispararon dos veces en la cabeza antes de abandonar su cuerpo a varios metros de la carretera. El eco de su grito aún resuena en la memoria de quienes conocieron a esta madre de dos hijos y estudiante dedicada.
Hamilton, que también fue condenado por este crimen, encontró su final en la silla eléctrica en enero de 2023, a los 59 años.
Ahora, Wainwright se convierte en la sexta persona ejecutada en Florida en lo que va del 2025, igualando la cifra de ejecuciones del año anterior.
La fuga de Wainwright y Hamilton fue el inicio de una serie de crímenes que culminaron en la muerte de Carmen.
Después de escapar, robaron un Cadillac verde y asaltaron una casa, llevándose armas y dinero. Pero fue en el supermercado donde su camino se cruzó con el de Carmen, un encuentro fatídico que cambiaría para siempre el curso de su vida.
El proceso judicial que siguió fue extensamente largo, marcado por apelaciones y retrasos.
En 1995, un jurado encontró a Wainwright culpable de asesinato, secuestro, violación y robo, recomendando por unanimidad la pena de muerte.
Sin embargo, sus abogados alegaron que padecía daño cerebral y que su juicio estuvo lleno de fallas procesales. Argumentaron que las pruebas de ADN clave se ocultaron hasta después de que comenzara el juicio, y que el jurado recibió instrucciones erróneas.
A medida que el reloj marcaba las horas en la prisión, el destino de Wainwright estaba sellado. Su ejecución no solo marca el fin de su vida, sino que también revive el dolor de una familia que perdió a una madre, hermana y amiga en un acto de violencia inimaginable.
Durante sus últimas palabras, Wainwright se dirigió a su esposa y le agradeció su apoyo y expresó su amor con una cita de la película La princesa prometida:
“La muerte no puede detener el amor verdadero. Solo puede retrasarlo un poco. Espero que mi muerte les traiga paz y sanación”.
Los familiares de Gayheart dijeron que esperaron más de 30 años para que finalmente se hiciera justicia.
Los familiares de Carmen Gayheart dijeron que tuvieron que esperar más de 30 años para que se hiciera justicia.
“Mis padres murieron de cáncer mientras esperaban que se hiciera justicia, esta ejecución es el capítulo final de una tragedia familiar”, expresaron.
Recordaron que a Carmen le gustaba demasiado los animales, y estaba preparándose para ser enfermera en lugar de veterinaria.
“Era una mujer paciente con sus hijos y era muy querida por su familia”.
Tras la ejecución, alrededor de dos docenas de amigos y familiares, la mayoría de ellos vistiendo camisetas con la leyenda “Justicia para Carmen Gayheart”, se abrazaron.