Descuartizó a su pareja y lo metió en una nevera

Brutal crimen estremeció a los habitantes de la comunidad Altos de Llano Bonito en Aguadulce
  • domingo 29 de septiembre de 2024 - 1:00 AM

Hace aproximadamente 6 años un brutal crimen estremeció a los habitantes de la barriada Altos de Llano Bonito en Pocrí, distrito de Aguadulce, provincia de Coclé.

Fue la madrugada del 25 de agosto de 2018, cuando una de sus habitantes conocida como Felícita “Tita” Guevara, de 29 años, asesinó a su concubino Pablo Monroy Velásquez, de 22 años, mientras este dormía.

El crimen fue macabro: la mujer usó un machete y un martillo para cortar en pedazos a Pablo para posteriormente meter los restos en una nevera que mantenía detrás de la casa donde vivía hace un año.

Tras cometer el espantoso asesinato, Felícita llamó a los abuelos de los pequeños para que lo trajeran a la casa, pues ellos estaban con él desde el jueves 23 y tenía que llevarlos en la tarde a una fiesta de cumpleaños. El abuelo llegó, dejó a los niños y se marchó.

A eso de las 5:00 de la tarde Felícita vistió a los pequeños y se fue a la celebración. Pero cuando regresó a eso de las 9:00 de la noche agentes de la Policía Nacional y otras autoridades judiciales la estaban esperando y la apresaron.

Los vecinos comentaron que no se dieron cuenta del crimen hasta que vieron llegar a la policía y se percataron que algo había ocurrido en esa casa.

Los uniformados, una vez que ingresaron a la habitación, comenzaron a revisar los alrededores hasta que hallaron el cuerpo descuartizados de Pablo dentro de una nevera.

Se delató

La policía supo del hecho de sangre porque Felícita, tras acabar con la vida de su pareja sentimental llamó a una tía.

-Maté a Pablo porque me cansé de sus golpes – le dijo.

La mujer al escuchar la historia macabra llamó a la hermana mayor de su sobrina y le contó todo.

La hermana de la asesina decidió entonces decirle a una amiga que trabajaba en el Hospital de Aguadulce y le pidió que llamara a la Policía porque su hermana Felícita había cometido un crimen. Está última persona llamó a la policía y le contó lo que había pasado.

Una vecina sostuvo que la muchacha luego de ser aprehendida confesó que ella había picado a Pablo porque este le había dado una golpiza horas antes.

- Lo piqué y lo metí en la nevera para luego quemarlo – confesó.

Quienes vieron a la asesina dieron fe de que estaba toda llena de moretones. Otros contaron que los maltratos que recibía eran constantes, pero nadie se metía, pues en estos líos de pareja siempre estas terminan reconciliándose.

Círculo de violencia

Las investigaciones determinaron que la vivienda donde se cometió el macabro crimen había sido adquirida hace unos nueve años por el primer esposo de Felícita, que también la maltrataba. Esto produjo la separación y la mujer logró quedarse con la casa y sus tres hijos.

‘Fue hace un año cuando ella llevó a Pablo, de tan solo 22 años, a vivir con ella. Ambos salían a bailes y les gustaba beber’, contó una vecina tras el crimen.

Las que la conocieron relataron que la homicida era una mujer muy callada, mantenía poca amistad con los vecinos, y se dedicaba a vender productos Avon a los vecinos.

Agregaron que había sido criada por sus abuelos en El Coco del corregimiento de Barrios Unidos de Aguadulce, donde continuamente llevaba a sus tres hijos. Desde hace un año vivía con Pablo

Testigos dijeron que la tarde del sábado Felícita salió a cobrar sus productos Avon y conversó con dama y un joven en el portal de su casa.

Pablo vivió desde los cinco años en Capellanía del distrito de Natá. Era oriundo de Colón. En su adolescencia se mudó junto a su familia a Pocrí.

La víctima se dedicó un tiempo a lavar autos. Cuando se mudo con Felícita comenzó a maltratarla.

Hubo un tiempo en el cual se separaron, pero solo fueron unas semanas y volvieron a lo mismo hasta que tuvo el final macabro.

En enero de 2020, Felícita, conocida como la “Descuartizadora de Aguadulce”, fue condenada a pagar 23 años de prisión por el crimen de Pablo Monroy

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