
- domingo 27 de julio de 2025 - 12:00 AM
Brenda Agüero fue condenada a cadena perpetua el 18 de junio de 2025, acusada de matar a cinco recién nacidos sanos y de intentar asesinar a otros ocho en el Hospital Neonatal Ramón Carrillo de la provincia de Córdoba, Argentina. El caso conmocionó a la sociedad y fue catalogado por la prensa como uno de los más oscuros en la historia del país.
La ahora exenfermera, de 29 años, fue hallada culpable de administrar inyecciones letales de potasio e insulina a bebés que estaban bajo su cuidado entre marzo y junio de 2022. Las muertes, al principio, fueron atribuidas a causas naturales, hasta que dos médicas neonatólogas rompieron el silencio e hicieron la denuncia.
El diario La Voz del Interior informó que las primeras muertes ocurrieron el 18 de marzo de 2022, con el fallecimiento del bebé Francisco. Luego, en abril, mayo y especialmente el 6 de junio, se registraron nuevas víctimas. Ese día murieron dos niñas recién nacidas con pocos minutos de diferencia, sin que existiera causa médica aparente.
El medio indicó que las autopsias revelaron niveles extremadamente altos de potasio e insulina en los cuerpos, lo que desató una investigación judicial sin precedentes.
“Los bebés estaban sanos y murieron sin explicación clínica”, declaró el fiscal del caso, Sergio Ruiz Moreno, citado por La Nación.
El medio de comunicación detalló que Brenda Agüero fue la única profesional de salud que estuvo presente en todos los turnos en los que se produjeron las muertes.
“No solo hay indicios, hay prueba directa en contra de la acusada”, sostuvo el fiscal durante los alegatos, según recogió el diario Perfil.
La acusación aseguró que Agüero inyectaba potasio o insulina de forma deliberada, ocultando las jeringas entre las mangas de su uniforme. Las inyecciones, según los peritos, eran realizadas en la espalda de los bebés, y provocaron paro cardíaco en cuestión de minutos.
Durante el juicio, que duró más de cinco meses y tuvo más de 50 audiencias, se escucharon testimonios desgarradores. Damaris Bustamante, madre de uno de los bebés fallecidos, declaró:
“Agüero me tomó del brazo y me dijo que si mi hijo se moría, era mi culpa”. Estas declaraciones generaron indignación pública.
Bustamante también relató que Brenda se llevó a su bebé sin explicaciones y que, poco después, el niño murió en circunstancias inexplicables.
Brenda Agüero fue apodada por los medios como “el ángel de la muerte del Neonatal”, en referencia a otros casos internacionales de profesionales de salud que asesinaron pacientes bajo su cuidado. Un diario español tituló: “Condenada una enfermera argentina por asesinar a cinco bebés con potasio e insulina”.
El juicio fue seguido de cerca por medios nacionales e internacionales, debido a la gravedad de los hechos y a la responsabilidad institucional que quedó en evidencia.
La condena no fue solo para Agüero. También fueron sentenciados cuatro exfuncionarios del hospital y del Ministerio de Salud de Córdoba por encubrimiento y omisión de deberes.
Entre ellos están la exdirectora del hospital, Liliana Asís; el exsubsecretario de Salud, Pablo Carvajal; y la exjefa de Neonatología, Marta Gómez Flores. Fueron condenados a penas de hasta cinco años de prisión.
Por otro lado, el exministro de Salud de la provincia, Diego Cardozo, fue absuelto, lo que generó rechazo en las familias de las víctimas. “Se lavaron las manos”, dijo una madre.
Según los medios presentes, el proceso judicial se realizó sin la presencia de cámaras de televisión, por decisión del tribunal. Sin embargo, el acceso fue público, y los testimonios fueron recogidos y publicados por múltiples medios.
“No fue un juicio solo contra una persona. Fue contra un sistema que eligió callar”, dijo uno de los abogados querellantes al final del proceso.
Brenda Agüero se declaró inocente desde el primer día. Su defensa intentó demostrar que no existían pruebas directas, y que fue “un chivo expiatorio” elegido para encubrir fallas estructurales del sistema de salud.
Pero informes periciales psicológicos indicaron que Agüero tenía rasgos psicopáticos y narcisistas, y que podía haber actuado movida por un deseo de ser vista como heroína ante emergencias que ella misma provocaba.