Fueron mutiladas, pero nunca hallaron sus cabezas

Los restos de Amparo Morales fueron hallados en tres bolsas y la de Migdonia Sanjur flotando en un río en Arraiján

Migdonia Sanjur y Amparo Morales, tienen muchas cosas en común. Fueron asesinadas a puñaladas, desmembradas, sus cadáveres abandonados, pero nunca aparecieron sus cabezas.

Estos macabros crímenes conmocionaron a los panameños en su momento por el sadismo con que se cometieron.

Los asesinos de una de las víctimas pagan sus delitos en la cárcel, otro ya cumplió su pena. Aquí estas historias macabras.

El caso de Amparo Morales

En septiembre de 1995 unos pepenadores que se encontraban rebuscando la basura en Cerro Patacón, se toparon con algo escalofriante: hallaron tres bolsas de basura con pedazos de cuerpo. Inmediatamente llamaron a la Policía. Esta, tras varias investigaciones determinó que los restos hallados le pertenecían a una muchacha identificada como Amparo Morales, de 22 años de edad.

Tras algunas pesquisas los investigadores dieron con el presunto homicida: Carlos Manuel Fuentes Ortega, novio de Amparo.

Tras su detención Fuentes confesó a la policía que había matado a su novia porque ella salía con otro hombre con el dinero que él le daba.

También dijo que la mató en su apartamento en el edificio Tuira en Los Libertadores, ubicado en la vía Ricardo J. Alfaro, mejor conocida como Tumba Muerto, el 20 de septiembre de 1995.

Lo que confesó Fuentes dejó atónito a los agentes. Narró que luego de asesinarla la escondió debajo de su cama.

Esa noche cenó tranquilamente con sus padres y luego se fue a dormir con el cadáver.

Al día siguiente, aprovechando que sus padres habían salido, tomó un cuchillo y descuartizó el cuerpo de Amparo, para luego sancochar sus partes en una olla. Todo con la ayuda de un amigo.

Finalmente, metieron los restos en tres bolsas, le pagaron a un taxista 15 dólares para que tirara las bolsas en un basurero en La Locería. Nunca encontraron la cabeza de Amparo.

Amparo y Fuentes se habían conocido durante un curso de computadoras que tomaban en el Instituto Tecnológico de Computación, INTEC, localizado en El Cangrejo.

El homicida fue condenado a 17 años de prisión, pero fue liberado antes de tiempo. Hoy, se gana la vida como abogado y construyó una nueva familia.

El caso de Migdonia

La mañana del 17 de septiembre de 2017, fue hallado flotando bajo el puente de Arraijancito, en Panamá Oeste, los restos de Migdonia Sanjur, de 38 años. El cuerpo estaba decapitado y le faltaban las manos.

La víctima, quien trabajaba como mercaderista en un comercio en Milla 8, había sido reportada como desaparecida por sus familiares y residía en el distrito de San Miguelito.

Luego de determinar la identidad de la mujer y realizar algunas pesquisas, la policía detuvo a tres hombres, quienes confesaron que tras violarla, la asesinaron y sus restos los tiraron en el río Arraijancito.

Los investigadores determinaron que el conductor del bus de la ruta Don Bosco-Sinaí recogió a Migdonia cerca de Villa Lucre.

Un menor, que fue testigo, contó durante el juicio oral que duró 5 días que Álvaro Villalba Cedeño, de 25 años y a Egipsacio Pineda, de 30 años, eran los principales autores del atroz crimen.

El chico contó a las autoridades judiciales que Cedeño asifixió a Migdonia con un cartucho, luego tomó un cuchillo tipo ‘Rambo' que cargaba en el bus, le cortó las manos y posteriormente la cabeza. Todo se produjo dentro del bus.

Más tarde fueron hasta el barandal del puente Arraijancito y tiraron el cadáver.

Personal de criminalística del Ministerio Púlico halló en el piso del puente manchas de sangre y huellas de llantas.

Durante el juicio, conformada por 8 mujeres, el jurado declaró culpable de violación a Egipsacio Pineda, quien conducía el bus y Álvaro Villalba Cedeño por femicidio y violación.

Ambos, actualmente, pagan condena de 35 y 30 años de prisión.

La cabeza de Migdonia, al igual que la de Amparo, nunca fue encontrada.

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