- jueves 26 de septiembre de 2024 - 1:00 AM
Las constantes balaceras han borrado las risas y la música que había entre los residentes del sector de Parusía, ubicado en el corregimiento de Mateo Iturralde, en el distrito de San Miguelito.
El temor de ser el blanco de una bala perdida ha llevado a sus residentes a quedar presos en su propias casas, donde incluso muchos ya no se sienten seguros.
“Esta violencia, estas balaceras nos mantienen con mucho miedo. Yo temo salir a dejar a mis niños a la escuela o ir a mi trabajo”, comentó una de las vecinas, que prefirió no dar su nombre.
Otra lugareña contó que apenas cae la noche empieza el terror. “En los últimos dos meses los pandilleros han protagonizado balaceras, los pistoleros vienen del sector de San Antonio, del área conocida como “El Martillo” hasta acá”, aseguró.
Los afectados comentaron a El Siglo que en este lugar nunca se había vivido un situación similar y aunque han buscado respuesta por parte de las autoridades competentes, sus quejas han caído en saco roto.
“Necesitamos rondas constantes por las veredas porque solo pasan por la calle principal y no bajan a recorrer el sitio. Y no es que no se hayan hecho las denuncias. El día de la balacera se llamó a la Policía Nacional, pero no quisieron bajar, se quedaron mirando desde arriba ”, denunció uno de los habitantes de Parusía.
Los lugareños expresaron que los pandilleros se han tomado los patios de algunas residencias para enfrentarse entre ellos, poniendo en peligro a sus inquilinos. Esa pesadilla la vivió precisamente una moradora. “Se subieron al techo de la casa de la vecina y desde ahí hicieron detonaciones por más de media hora. Fue tanto que una de esas balas logró impactar a una joven , todas las paredes de las casas están llenas de huecos de bala. Así no se puede vivir”, contó molesta.
Aunque la comunidad se reunió con el representante Juan Barsallo y el comisionado Daniel Cubilla, de la Zona Policial de San Miguelito, las acciones han sido casi nulas.
De acuerdo con los quejosos, se le pidió la ayuda al representante para crear un muro que cierre el paso del Martillo hacia Parusía, mejoras de luminaria y poda de un árbol que sirve de guarida para los maleantes, pero después de una semana aún no se tienen respuestas concretas. “Hasta ahora han dicho que tienen que coordinar con la Policía para hacer las mejoras, que solo se iba hacer entrega de una serpentina y que el tema del poste de luz es con ENSA, pero todo sigue igual y nosotros padeciendo sin vivir en paz”, manifestaron con preocupación.
Aunque se han realizado allanamientos en algunos puntos de la comunidad, las personas siguen haciendo un llamado a que se den rondas a pie en horas de la noche y madrugada, cuando se presentan estos hechos violentos.
“La policía dio un número de teléfono para denunciar y han implementado el toque de queda, pero sentimos que no es suficiente porque muchas de las balaceras se han dado después de las 9:00 p.m. hora en que se inicia la medida”.
Al cierre de esta nota se intentó conversar con la alcaldesa Irma Hernández sobre el tema y de las acciones que se van a tomar al respecto, pero no se obtuvo respuesta. Mientras tanto, los residentes de Parusía viven con la zozobra de quién será la próxima víctima de una bala perdida.