El milagro en “Piedra Farallón”: rescatan a siete náufragos

El mar Caribe no perdona descuidos, y ayer estuvo a punto de cobrarse siete vidas. Lo que comenzó como una travesía rutinaria terminó en una lucha contra el oleaje, cuando una embarcación zozobró en las inmediaciones de la costa colonense, dejando a sus tripulantes a merced de la naturaleza.

Eran las horas críticas del día cuando el silencio del Centro de Operaciones Aeronavales fue interrumpido por una llamada de auxilio a través de la línea de emergencia 108. El reporte era alarmante: una embarcación había naufragado y sus ocupantes estaban desaparecidos en la inmensidad azul.

De inmediato, se activó el protocolo de búsqueda y rescate. La unidad BPC-3811, perteneciente a la Tercera Región Aeronaval, zarpó con la urgencia que solo conocen quienes desafían al mar para salvar vidas.

Tras minutos de tensión y rastreo sobre las crestas de las olas, los rescatistas divisaron una silueta inusual en el sector conocido como “Piedra Farallón”. Allí, aferrados a la piedra y rodeados por la rompiente, se encontraban los siete náufragos. La roca, un punto minúsculo en medio del Caribe, se había convertido en su único refugio tras el hundimiento de su nave.

Con maniobras de alta precisión, los uniformados del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) lograron acercarse lo suficiente para poner a salvo a cada uno de los náufragos , sacándolos del aislamiento y llevándolos a bordo de la patrullera.

El alivio llegó finalmente al desembarcar en el puerto de La Guaira. Sin embargo, la misión no terminaba ahí. Los rescatados fueron movilizados rápidamente hacia el área de Portobelo, donde un equipo médico esperaba para evaluar el impacto del incidente.

Tras las revisiones de rigor, el parte médico trajo la mejor noticia posible: a pesar del agotamiento y el shock emocional, los siete se encontraban estables y sin lesiones de consideración. Habían sobrevivido para contar la historia.

El SENAN en un comunicado exhortó a todos los usuarios del mar a:verificar las condiciones meteorológicas antes de zarpar. Inspeccionar el estado mecánico de las embarcaciones.

Portar siempre los implementos de seguridad. La vigilancia en el Caribe panameño se mantiene firme, pero ayer, la diferencia entre la tragedia y el regreso a casa fue la rápida respuesta de quienes juraron proteger la vida en el mar.