Descuartizó a dos chicas y anda libre

El día 4 de marzo de 2009 la ciudad de Medellín, en Colombia,amaneció con una macabra noticia. En un apartamento situado en barrio Boston, la policía había encontrado dentro de un tanque de 55 galones los cuerpos descuartizados de dos chicas de 17 años. Le habían vertido cal y cemento para ocultar las evidencias. Otros miembros de las víctimas fueron hallados dentro de unos cartuchos negros. Solo sobresalía del tanque parte de los cabellos de ambas mujeres. Los expertos recuperaron del tanque la cabeza y el torso.

¿Quiénes serían las víctimas? ¿Quién o quiénes la habrían asesinado de esa forma tan espantosa? , eran las preguntas que se hacían todos.

Las autoridades judiciales tardaron más de cuatro horas en romper con un cincel y martillo el cemento para sacar los cuerpos. Mientras eso sucedía dos mujeres se presentaron a la escena. Aseguraron que hacía cuatro días sus hijas menores se mantenían desaparecidas.

Una de las madres logró identificar a su hija por un tatuaje que tenía en la espalda. El dolor fue terrible.

Posteriormente, tras exámenes de ADN, se confirmó que los cuerpos correspondían a Cindy Lorena Giraldo Correa y María Caterine Ochoa Patiño , de 17 años, respectivamente.

Las investigaciones determinaron posteriormente que Cindy y María habían estado el 28 de febrero de 2009, en una fiesta con un grupo de amigas y que en horas de la madrugada se les vio ir con un hombre al apartamento de este, para seguir la rumba. Desde entonces no se supo más de las jóvenes, hasta que tres días después los lugareños comenzaron a sentir malos olores y llamaron a la policía.

El dueño del apartamento fue identificado como Sergio David Hurtado, de 26 años, quien escapó de la casa.

¿Quiénes eran las víctimas?

Cindy, según su madre, era una niña tímida, pero se volvió rebelde cuando sus padres se separaron. Comenzó a asistir a fiestas y a consumir drogas y finalmente se fue de la casa.

Fue en esa época que conoció a Sergio y se lo presentó a sus amigas.

En cambio María, según sus familiares, era una muchacha que tenía una hija y vivía con su madre. Había conocido a Cindy dos meses antes que las dos fueran asesinadas.

Sergio, según las investigaciones, solía realizar fiestas en su casa con jovencitas a quienes les mostraba películas pornográficas.

Tras el crimen Sergio escribió a una amiga de Cindy que él no las había matado, sino que ellas habían muerto a causa de una sobredosis de heroína.

Dijo que se asustó y descuartizó los cuerpos para enterrarlos en el tanque.

En diciembre de 2013, cuatro años después del crimen, Sergio fue ubicado en la localidad de Montería, una zona roja de Colombia y fue aprehendido.

El sospechoso insistió en que las chicas habían muerto por sobredosis.

Días después fue liberado pues según los investigadores no habían suficientes pruebas para acusarlo.

Hasta la fecha, el descuartizador de colombia sigue libre, pues las autoridades judiciales no han podido determinar las causas de la muerte de ambas jóvenes. Las madres de las víctima viven con el dolor de no ver justicia y que su asesino siga libre.

¿Algún día se sabrá qué pasó realmente con Cindy y María?