Dicen que hay amores que matan y eso lo vivió en carne propia Alexander Victor Travis , un hombre de negocios y conferencista de charlas motivacionales, quien fue asesinado de 27 puñaladas y de un tiro en la cara por su novia Jodi Arias, el 4 de junio de 2008 en su casa en Mesa, Arizona, Estados Unidos.

La Policía halló su cadáver putrefacto en la ducha de su apartamento, luego que vecinos sintieran malos olores y llamaran a la Policía.

Cuando los agentes entraron al apartamento encontraron el cuerpo en estado de descomposición de Travis tirado en la ducha en forma fetal.

Sus amigos, al ser interrogados por la Policía, dijeron desconocer quién lo había asesinado y que los malos olores que salían del cuarto lo atribuyeron a la basura.

Sin embargo, comentaron que la única sospechosa era la novia de Travis, de nombre Jodi Arias, a la que describieron como una mujer celosa y muy posesiva y que últimamente lo estaba acosando revisándole su teléfono celular y que Travis estaba cansado de esa situación.

Cuando la policía la detuvo, Jodi negó tener conocimiento sobre el crimen. Luego cambió su versión cuando le informaron que entre las pruebas estaba la huella sangrienta de la palma de su mano en la pared.

-¿Usted mató a Travis Alexander? – le preguntó el abogado de la defensa a Arias.

-¡ Sí ! - replicó ella – y añadió: -La respuesta simple es que él me atacó y yo me defendí-

Una cámara fotográfica hallada en la escena , dentro de una lavadora, fue prueba feaciente de que ella había cometido el crimen. En las imágenes se observa a Travis duchándose el día del crimen.

Lo conoció en convención

Arias confesaría más tarde a la Policía que había conocido a Travis en una convención en septiembre de 2006 en Las Vegas y la atracción fue instantánea, aunque ella admitió que vivía con su novio.

Desde entonces comenzaron a llamarse casi todos los días y al finalizar la semana, ella terminó con su novio para seguir saliendo con Travis.

Empezaron a mantener encuentros amorosos en hoteles y moteles, encuentros apasionados y agitados, dado que Alexander tenía sus gustos particulares.

La pareja formalizó su relación en febrero de 2007 y todo marchaba bien hasta que Arias descubrió que Alexander estaba coqueteando con una mujer mormona casada en Myspace.

Eso la enfureció. El día del crimen, confesó Arias, se estaban tomando fotos desnudos en la bañera y a ella accidentalmente se la cayó la cámara y Travis se enojó y la tiró al piso de forma violenta.

‘Yo corrí al clóset para escapar de él, pero podía oír como me seguía. Entonces agarró una pistola que estaba en un estante de su clóset y traté de salir corriendo', contaría a la Policía.

‘Le apunté con mis dos manos. Pensé que eso lo pararía pero venía corriendo hacia mí. Se tiró encima de mí, me agarró de la cintura y en la lucha la pistola se disparó. Yo no tenía la intención de disparar. Ni siquiera sabía que estaba apretando el gatillo. Pero se tiró en contra mía y yo me caí muy duro en el piso de cerámica. No me di cuenta que estuviera herido, estábamos luchando. Me estaba agarrando la ropa y yo me levanté, él está gritando fuera de sí, me dijo ‘te mato perra', sostuvó Arias.

Juicio

Durante el juicio, Arias aseguró que fue víctima de violencia doméstica y habría actuado en defensa propia.

Los argumentos de la acusada no convencieron al jurado que la declaró culpable, aunque no pudo llegar a una decisión sobre si Arias merecía ser sentenciada a la pena de muerte.

Arias fue condenada de asesinato en primer grado por la muerte de su ex novio el 8 de mayo de 2013 y condenada a cada perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Arias declaró que prefería la pena de muerte que vivir el resto de su vida en prisión.