Dos años de residir en una escuela de San Felipe

Unas 28 familias son moradoras de la escuela primaria Nicolás Pacheco
  • domingo 14 de enero de 2018 - 12:00 AM

NECESIDAD

La escuela Nicolás Pacheco, ubicada en San Felipe, se ha convertido por dos años en la vivienda de 28 familias panameñas, que fueron desalojadas en 2016, al ser condenados sus antiguos inmuebles, localizados también en este corregimiento.

Este plantel, cerrado en 2012 por las autoridades educativas, para evitar que parte de las estructuras colapsaran y afectaran a los 380 alumnos que conformaban su matricula, hoy es la residencia de estos ciudadanos que alegan sentirse abandonados por el Gobierno.

La razón de su sentir es que esta escuela no es un hogar, era un albergue temporal, pero según María Ambrosia Cruz, de 70 años, han pasado dos años, desde que llegó con sus tres hijas y esposo a este centro educativo y aún no saben si se van a mudar a un lugar mejor.

María Ambrosia, quien fue la primera en mudarse y reside en la planta baja del colegio, junto con otras ocho familias, cuenta que, a pesar de que han ido moldeando el plantel y que tienen lo necesario, no es fácil vivir en este lugar.

Petición

‘Se vive en donde antes eran salones de clases, se comparten baños, cocina y lavandería que están ubicadas en dos plantas de los tres pisos que tiene la escuela', expresó.

Esta madre de familia solicitó al Gobierno que se acuerde de las familias que residen en el colegio Nicolás Pacheco, porque ellos confiaron en que esto era una solución temporal y no permanente.

La moradora, mientras cocinaba arroz con guandú y pollo guisado en lo que antes era el comedor del plantel, manifestó a El Siglo, que desean salir de este lugar. ‘Cuando damos la dirección de dónde vivimos, por ejemplo, en las citas médicas, se asombran de que una escuela sea mi casa', aseguró.

La cancha en la que antes jugaban los estudiantes del Nicolás Pacheco, ahora se convirtió en el área de juegos de los niños de estas familias y también en tendedero de ropas.

Otra que relató su vivencia fue Carmen Peñalba, de 60 años, quien reside junto con su esposo, madre, nieta y su hijo, que está lisiado, tras un accidente de tránsito y debe usar silla de ruedas para movilizarse.

Indicó que esperan que las autoridades los reubiquen, pues ella junto con su familia han buscado un nuevo lugar para vivir, pero se le hace imposible pagarlo. Los alquileres son muy caros y no se pueden costear, solo trabaja su esposo de manera independiente como relojero y ella, a veces, cuida niños.

Según Carmen, en febrero cumple dos años en este albergue, donde el espacio para dormir es reducido, por lo que algunas familias han optado por construir un hatillo en el cuarto donde habitan.

Cenia Quintana, otra de las moradoras, aseguró que el gobierno no ha dado respuesta en estos dos años y que los ha abandonado en las paredes de este plantel.

Advierten con salir a protestar a las calles, en esta semana, para que le den soluciones. ‘Nos sentimos burlados', manifestó Cenia.

Estos residentes hacen vigilias fuera de la escuela para expresar su clamor y lo que exigen reposa en los escritos en cartelones colocados al frente de este centro educativo.

Estas mujeres tienen un solo sueño, vivir en un hogar digno para sus seres queridos, por lo que le solicitan al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), que les dé una solución a lo que padecen, porque no le han informado de ninguna alternativa en la ciudad ni en otro lugar.

Para Ramiro Frías, del Miviot, el ministerio ha estado pendiente de ellos y a sus peticiones, los han ayudado con trabajos de pintura y plomería.

Además, informó que ya Patrimonio Histórico les aprobó el proyecto habitacional en Villa Olga, en calle 15 de El Chorrillo y que beneficiará a 22 familias de San Felipe.

Según el funcionario, este proyecto está próximo a iniciar su construcción y se tomará en cuenta a familias de San Felipe, entre ellos los que habitan en la escuela Nicolás Pacheco.

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