Inquietud por precio en alquiler de fondas
- sábado 01 de marzo de 2014 - 12:00 AM
Dueños de fondas y buhonería se quejaron del precio excesivo que se les cobró por la instalación de sus locales para los Carnavales de La Villa de Los Santos.
Los comerciantes de estos negocios denunciaron que por el sector ubicado cerca al parque, se les pidió por un puesto de buhonería $250 y por los de venta de comida de $400 a $700, lo que consideran que pone en riesgo la comercialización.
Luis Alí, pequeño comerciante, indicó que los puestos de buhonería estaban demasiado caros, de no ser por la inversión de más de mil dólares que había hecho en mercancía, se hubiese regresado sin realizar la actividad.
Eneida González, buhonera, expresó que los organizadores del Carnaval exageraron este año con el precio en los puestos de buhonería.
‘En otros lugares como en Las Tablas cobran $100 y acá están pidiendo $250, por lo que los comerciantes se van huyendo; es demasiado caro, el puesto de buhonería no es que deja grandes ingresos’, dijo.
Nilsa de Gracia, dueña de una fonda, dijo que son muy altos los precios de los puestos de comida, no tienen agua ni luz ni baños.
De Gracia dijo que por el costo quizás solo salgan los gastos de la inversión, para los cuales pidió prestado.
"Estábamos aquí cuando el Carnaval de La Villa no era tan visitado, y ahora nos estropean con estos precios", dijo Diana Sáez.
El alcalde de Los Santos, Eudocio Pérez, señaló que el Municipio no hace carnaval y que cobran los impuestos basándose en el régimen impositivo, para este año han bajado los precios.
Sostuvo que quienes cobran los puestos son las tunas del Carnaval y que debido a la cantidad de personas que han dado querellas de que se le ha querido explotar de forma inmisericorde, se va tomar en cuenta el asunto para el próximo año, a través de un acuerdo. No es posible que las personas que organicen el jolgorio exageren los costos en los puestos.
Se consultó a Calle Arriba y Calle Abajo sobre la situación, estos últimos no respondieron. Mientras que los organizadores de la otra tuna se limitaron en decir que pusieron precios razonables.