- martes 08 de abril de 2014 - 12:00 AM
FALSIFICACIONES
Casi $2 millones pagó un estadounidense a través de la sociedad de responsabilidad limitada Escribano Properties por dos terrenos, uno frente al Mar Caribe, que ahora los vendedores quieren quitarle con triquiñuelas legales. Por supuesto, la plata se esfumó.
Según una denuncia interpuesta ante una Fiscalía de Circuito en Colón, Escribano Properties pagó Un millón 993 mil 772 dólares por dos lotes.
‘No hubiera comprado el terreno A, sin poder adquirir el terreno B (frente al mar)’, dice la denuncia a la que tuvo acceso El Siglo , y donde se advierte que la transacción fue una patraña de la supuesta vendedora para quedarse ella con la tierra frente al Caribe.
Truco
Resulta que, después de entregado el dinero, la persona que desde 2008 aparecía como propietaria de las tierras en los documentos que se presentaron para firmar la promesa de compra venta, ahora se opone a todo y pide para ella la adjudicación de la tierra frente al mar.
Escribano Properties asegura que la supuesta dueña, Gabriela del Carmen Moreno, engañó con documentos falsos tanto al comprador como a la autoridad, con la intensión de quedarse con las tierras y con el dinero.
Por eso, la acusa de estafa, falsedad simple y falsedad ideológica, por adulterar documentos y declaraciones públicas.
Detrás de toda la telaraña de gestiones, documentos, contratos y pagos, aparece el nombre de Alfredo Oranges Ecker, uno de los corredores de bienes raíces que hizo las veces de intermediario para la venta de los derechos posesorios y posterior titulación de los lotes A y B.
Oranges es nada más y nada menos que esposo de Gabriela Moreno.
Según las pruebas presentadas, Oranges firmó un contrato de depósito en garantía (lo que se conoce como ‘Escrow Agreement’), y ahí hace referencia a la existencia del contrato de promesa de compraventa, que su esposa pretende incumplir.