Esperan por ayuda

P asados 30 días de que el río Caimito inundara por completo sus casas, los propietarios de más de 50 residencias en la barriada Los Fla...
  • sábado 29 de diciembre de 2012 - 12:00 AM

P asados 30 días de que el río Caimito inundara por completo sus casas, los propietarios de más de 50 residencias en la barriada Los Flamingos ubicada cerca al sector El Trapichito, en La Chorrera, están desesperados porque, aparte de perderlo todo, ahora no tienen dónde vivir.

La situación que enfrentan las 55 familias es preocupante, ya que luego de pasar la Navidad, ahora ven llegar el nuevo año sin una solución.

Varias reuniones se efectuaron en la Alcaldía de La Chorrera, donde instituciones como la ANAM, MINSA, Sinaproc y MIVI dieron sus evaluaciones y se determinó que las viviendas eran inhabitables, por el riesgo que involucra el lugar próximo al río.

Carlos Hockins, jefe de Calidad Ambiental de la ANAM, indicó que se hicieron las evaluaciones y se analizó el estudio de impacto ambiental, revisando las recomendaciones que se les hizo a las promotoras antes y durante la construcción de la barriada.

Gira Campos, de la Dirección de Prevención y Mitigación del Sinaproc, destacó que su institución hará un estudio minucioso para conocer si lo que se hizo en el terreno era lo que aparecía en los planos.

Tomás Cruz, quien fue uno de los representantes legales que participó en las reuniones a nombre de la promotora Proyectos Garantizados (PROGAR), dijo que no se había establecido si se trataba de afectados o damnificados, lo que no permite tomar una decisión sobre cuál será el destino de las familias de la barriada Los Flamingos.

En relación con los daños sufridos, afirmó que deben hacer los reclamos a los bancos con los que hicieron el préstamo, ya que eso debe ser cubierto por el seguro.

Los residentes y afectados continúan molestos. Yarnet Aguilar, otra moradora, sostuvo que la ayuda que les propuso la promotora era darles jabón, cloro y escobas para que limpiaran sus casas. Aseguró que no saldrán de las residencias que ocuparon, hasta tener una respuesta y que están preparándose para luchar.

Felicidad Estuarín, una de las más afectadas por tener su casa cerca al río, manifestó que teme que se repita otra inundación y que no es justo que tenga que vivir donde los vecinos y le estén descontando la vivienda en el cheque.