Como la madre, ninguna

Ejemplo de amor y abnegación es un orgullo en las calles de David
  • jueves 08 de diciembre de 2016 - 12:00 AM

CHIRIQUÍ

El amor de una madre no se puede medir y por un hijo es capaz de realizar los esfuerzos más grandes con tal de que sea feliz y no le falte nada.

Esta es la historia de la señora Eneida Muñoz, quien hace 52 años se ha dedicado a tiempo completo a atender a su hijo Bolívar Reyes.

A los 15 días de nacido, ‘Boli' sufrió de meningitis, la cual le dejó secuelas, y desde entonces Eneida lo ha cuidado con mucho amor. Hoy día, a sus 71 años, ella recorre todas las calles de David, realizando sus diligencias con ‘Boli' en una silla de ruedas.

A pesar de los dolores de espalda y demás problemas, Eneida ha seguido adelante, pues ‘Boli' tiene un entusiasmo que la contagia.

La abnegada madre relató a El Siglo que, además de Bolívar, tiene 3 hijos más, y que todos son adultos y residen en el barrio Eliza Chiari, en la ciudad de David, Chiriquí.

Se separó del padre de sus hijos hace mucho tiempo, desde que ‘Boli' tenía 7 años, pero esto no la ha detenido.

Para subsistir ha vendido rifas y hace masa de maíz para vender. ‘Ha sido un camino difícil de recorrer, pero mi amor a Dios y a mis hijos me mantiene en pie', dijo.

Actualmente pertenece al programa ‘Ángel Guardián', que la ha ayudado con los gastos alimenticios de su hijo de 52 años, fanático de las frutas y del chicheme.

Es común toparse con la señora Eneida y su hijo, ya que casi a diario salen a pasear a la ciudad y se ha ganado el aprecio de muchas personas que los han ayudado. ‘Vamos a restaurantes de amigas que nos tratan muy bien, ya que mi hijo es cariñoso, a pesar que no habla, pero entiende todo', contó esta madre, que siente orgullo al ver que su sacrificio ha valido la pena.

Sin embargo, aún hay que superar cosas en casa, pues la tina donde asea a su hijo se ha quedado pequeña y hace falta un servicio higiénico.

Rodrigo Rodríguez, amigo de la familia, menciona que Eneida y Bolívar son un ejemplo a seguir por el amor incondicional de la madre y la sonrisa contagiosa de su hijo, quien, a pesar de su enfermedad, le sonríe a la vida al igual que su madre, ‘por su don de lucha y perseverancia'.

Eneida hizo un llamado a todas las madres para que nunca escondan a sus hijos aunque tengan problemas. ‘Sáquenlos a pasear, a conocer, esto los ayuda a desarrollarse y a vivir mejor, ya que los hijos son una bendición', dijo con una tierna mirada y sonrisa en un restaurante donde siempre lleva a ‘Boli' a comer.

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