• lunes 01 de agosto de 2016 - 12:00 AM

Una terrible realidad

Hay que crear más consciencia sobre este flagelo trágico y promover acciones efectivas que nos conviertan a cada uno en agentes de cambio

Desde hace semanas sale todos los días una o varias noticias sobre sitios donde se practica el desenfreno sexual mercantil o prostitución de alto precio y también se han descubierto varias decenas de personas, mayormente mujeres, sometidas a trabajos sexuales forzosos.

El sábado 30 de julio, por mandato de las Naciones Unidas, se observa el Día Mundial contra la Trata, y ya no se dice ‘trata de blancas', como antes, que usualmente las sometidas a este comercio asesino eran las mujeres blancas de pueblos míseros de países europeos del este que eran secuestradas de por vida.

Ahora son mujeres de todos los colores, niños y hasta hombres quienes son ofrecidos como mercancía carnal. Para los japoneses las latinas son las más atractivas, para los árabes las blancas y por allí va el asunto.

Nuestro país, por falta de política migratoria eficiente, ha estado expuesto a ser centro de trata de personas de todas las nacionalidades, y tal parece que los encargados de estas redes criminales son extranjeros que entran y salen libremente de nuestro país.

El escándalo del apartamento Ever Island, en el Cangrejo, fue apenas una puntita del iceberg de lo que ocurre bajo ese manto de corrupción lacerante que es el negocio de la prostitución y trata de personas que ha llegado ya a niveles extremos.

Es impensable que en un edificio céntrico hayan encontrado más de 40 personas encerradas y siendo esclavizadas sexualmente.

La inseguridad ya no solo se está presentando como un asalto o un disparo, también está detrás de esos señuelos que atraen a incautos, a jóvenes que se asoman al mundo queriendo descubrirlo por esa vía, a extranjeros que vienen a desaforar sus represiones en lugares donde creen que no los conocen.

Quisiera entender qué se está haciendo para ir erradicando estas trágicas situaciones, proteger a la ciudadanía de estas amenazas y a los jóvenes de caer en una de estas redes.

Hay que crear más consciencia sobre este flagelo trágico y promover acciones efectivas que nos conviertan a cada uno en agentes de cambio.

*Exministra de Gobierno y Justicia

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Ahora son mujeres de todos los colores, niños y hasta hombres quienes son ofrecidos como mercancía carnal.