Se sienten abandonados en el ‘ring'

La pelea por el precio del combustible sigue apretando a la esquina de Pablo Pueblo que indefenso ve como se evaporan sus esperanzas en el cuadrilátero en un abrir y cerrar de ojos.

El pleito es de temer para los pugilistas de clase media que todos los días deben manejar largas y tediosas distancias para sus sitios en entrenamiento con los bolsillos rotos.

Al ver semejante paliza, los expertos del deporte recomiendan resignación y mucha oración al Todopoderoso para que el precio de la gasolina baje.

En el cuadrilátero el campeón ha mantenido su misma estrategia de pelea, mantener la guardia alta y aguantar muñeca lo más posible mientras se pueda conseguir un par de milloncitos para contentar a la esquina transportista.

Esto ocurre mientras que los demás conductores, que no manejan taxis ni buses, siguen comiéndose un cable cada vez que llegan a una gasolinera y son fulminados con fuerte rectas al mentón.

De hecho, ya varios han pensado colgar los guantes, pero recuerdan que viven en Panamá Oeste y deciden mejor ir a empeñar alguna prenda para no viajar en transporte público.