La sarta de manzanillos…

Pasada la contienda electoral del pasado domingo, en el plano político solo queda el ‘shock’ emocional de los que se creían ganadores antes de que se contaran los votos. Difícil momento para los que se creían imbatibles e incluso superiores. Acostumbrados a mirar sobre sus hombros al resto de la humanidad, hoy comienzan a entrar a un nuevo plano, uno diferente al que estaban acostumbrados.

Una serie de errores y exceso de confianza les hizo suponer, a los que controlaban el poder político y económico del país, que el panorama nunca cambiaría y que, a punta de bravuconadas, obtendrían el voto de los panameños por temor. Asumieron que la gente era cobarde y que el miedo los haría sucumbir frente al descaro y cinismo de las autoridades.

Nos convertimos en un país donde el dinero decidía todo, sin honestidad. Todos los panameños fuimos, en parte, culpables de todo lo que pasó. Se nos salió el país de las manos y por suerte lo recuperamos. Ahora queda en manos de todos preservarlo.

Los círculos ceros, la arrogancia de los que ostentaban el poder y la repartidera de dinero confundieron nuestro norte. La necesidad del pueblo para el beneficio de la codicia fue el resultado de esta falta de valores. Por un momento percibimos como héroes a farsantes, graduando nuestra escala de valores para hacer permisivos estos esquemas de inmoralidad a nuestra propia sintonía.

Después de la juma de poder y despilfarro, solo queda la goma moral que sentimos todos, los que en algún momento pensamos que el cambio podía ser bueno para Panamá y los panameños.

El Estado panameño continúa siendo presidencialista. La sarta de manzanillos que se le acercan al presidente electo, tendrán que ser ubicados en el corto plazo para evitar que se conviertan en la ‘gonorrea’ de la nueva administración de Gobierno. No faltará nunca el que reclame favores a cambio de un par de ‘tips’. ¡Guats!..

* Periodista