- sábado 25 de marzo de 2017 - 12:00 AM
Renuncia justificada, ¡y debieran ser más!
Cuando se dieron las explicaciones para justificar los apagones que sufrimos muchos miles de usuarios de los servicios de electricidad, estas fueron tan incongruentes que lo menos que cabía era la destitución o la renuncia inmediata de los administradores de la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA).
Absurdo, por decir lo menos, fue que se dijera que las interrupciones fueron causadas por la sucesiva explosión de varios transformadores obsoletos, pues habían cumplido su vida útil. Tan inverosímil justificación hubiera resultado risible, sino se hubieran producido miles y miles de daños en residencias y comercios, cuya cuantificación, tal vez no llegaremos a conocer con exactitud, pero que seguramente montarán a cifras millonarias.
El anuncio de que de manera urgente se procederá a la compra de 40 transformadores, aunque conlleva el mensaje de que se atacará la solución en la causa del problema, también es la corroboración de que los responsables de ETESA incurrieron en negligencia agravada.
Todo equipo de las connotaciones técnicas de un transformador debe ser objeto de mantenimiento adecuado y reemplazado antes de que llegue a su punto crítico de utilidad. Y si de estos dependía que se pudiera mantener la fluidez del suministro eléctrico, no hay explicación que justifique que no se adoptaran, oportunamente, las previsiones por quienes tenían la obligación, más que la responsabilidad, de garantizar ese componente o tramo de un servicio público esencial que, como puede comprobarse en los recibos que recibimos los usuarios, viene facturado como parte de la tarifa que se nos cobra.
Ojalá lo que ha ocurrido en el caso de ETESA, que ha provocado la renuncia preventiva de su máximo dirigente, sirva de última advertencia para otros funcionarios igualmente responsables de servicios esenciales, como el agua, la sanidad, el transporte, el mantenimiento de las infraestructuras públicas o la seguridad, de que deben cumplir eficientemente con sus deberes o prepararse para renunciar o ‘que los renuncien'.
Abogado