Relevo o reemplazo generacional.

El relevo o reemplazo generacional, en un cambio de percepciones, opiniones y comportamientos políticos del electorado, fruto de la incorporación de nuevas generaciones a la arena política a través de sus actitudes, liderazgo, participación y vocación (Becerra 1996). La juventud ha sido un instrumento político al servicio del cambio social, generación rebelde y combativa, portadora de la transformación, para el discurso de algunos sectores sociales o visionarios políticos que asignaban dicho papel a los jóvenes y lo fijaban en el futuro. (Capmany 1969).

Los jóvenes y mujeres son más que capital humano, para mover campañas electorales y ser parte del discurso; deben ser parte de la oferta electoral.

Es común pensar que, los jóvenes no tienen interés por la política, que no tienen experiencia y que no pueden ocupar cargos en la administración pública, mucho menos candidaturas a puestos de elección popular. Sin duda alguna la juventud debe unirse y dejar las viejas y malas prácticas que nos han decepcionado y trazar el paso de cómo queremos que la política funcione, y dejar en claro que son los jóvenes ese relevo generacional que los adultos deben dejar pasar sin intentar pisotearlos.

La participación de jóvenes y mujeres por un puesto de elección popular es permitir que la ciudadanía decida si quieren esa representación o no; no es regalarles el cargo. Así mismo, los jóvenes deben entender que la política es un tema para todas y todos, que no les tocará en un futuro, sino que ya les toca hacer política. Como dijo el filósofo español José Ortega y Gasset, “Jóvenes, haced política. porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros. Y, probablemente contra vosotros”.

Está claro que las mujeres y juventud participan activamente en los partidos políticos y están ganando espacios, sin embargo, se sigue pensando que solo los hombres con experiencia pueden con la política y los dejan en segundo plano; a pesar de que se presume el promover su participación. Es un reto hacer que se les respete por su esencia, frescura, liderazgo y manera de hacer política, sin las viejas prácticas que tanto dañan la democracia. Están haciendo su parte desde el Foro de juventudes de partidos políticos, presidido una mujer joven y profesional; también en organizaciones y movimientos de sociedad civil.