- viernes 17 de junio de 2022 - 12:00 AM
No reelección de Silva y Vásquez
En una sociedad poco reflexiva, en materia política, la decisión de los diputados ha tenido dos reacciones.
Los que consideran que deberían reelegirse porque que han sido una voz que, por diferente en la Asamblea, deberían seguir y los que vemos su decisión como un ejemplo de valor ético muy superior a ser un reelecto.
Si ellos, cuando se postularon y ganaron, hace 3 años, se comprometieron a no reelegirse, cuando había una campaña para que el electorado no reeligiera a nadie, ha sido correcto que no vayan por la reelección. Se hizo campaña por la no reelección porque se veía (y se ve) la reelección como uno de los ejes del clientelismo y la partidocracia, prácticas que tienen el caos en el sistema político.
Van 3 años de su ejercicio en la Asamblea y preguntémonos: la Asamblea y la administración pública ¿han cambiado hacia mejor o hacia peor? Intuyo que concluiremos que hacia peor o, por lo menos, no ha mejorado. Ya se tuvo la experiencia de la diputada independiente Gómez y tampoco hubo efecto. Se puede aceptar que se oponían estos a las bribonadas de una Asamblea corrupta. ¿Luego reelegirse para qué?
Ha faltado que los “independientes” que han llegado a la Asamblea hubieran hecho parte de su parlamentarismo en la calle, conformando movimiento de agitación y confrontación contra la nueva dictadura de la corrupción. En los años 80, la oposición tuvo legisladores de oposición que no se conformaban en hacer su trabajo dentro de la Asamblea sino que se articularon con movilizaciones en las calles y esas acciones arrinconaron a la dictadura.
Hoy creo que Vásquez y Silva dan un gran ejemplo.
Están conformando un movimiento llamado “VAMOS” lo que es bueno pero debe ser más. No es solo llegar a la Asamblea y a los Consejos Municipales. Es llegar, con una alianza programática, con candidatos únicos desde presidente a concejales, no para gobernar por 5 años sino para rescatar a Panamá del sistema político putrefacto. Y esa alianza es con partidos (difícil pero posible) y sociedad civil que abracen un proyecto que funde una Nueva República vía Constituyente sin apellido. Logrado esto ir a nuevas elecciones.