• lunes 06 de febrero de 2017 - 12:00 AM

Recorrupción con Odebrecht

Hoy, la población panameña que no ha logrado aún recuperarse del saqueo de las arcas nacionales 

Desde el día en que la megaempresa criminal de Odebrecht puso un pie en nuestro país no solo sabía a lo que venía. Sabía también cómo y a través de quiénes actuaría para alcanzar sus deleznables objetivos.

Traían ya, para el 2006, una experiencia desarrollada y acumulada, no solo en su país de origen, sino también en otras latitudes, dónde también se cuecen habas. Aquí llegaron y se quedaron. Encontraron todo un sistema jurídico, financiero y económico para sus propósitos. Y, al igual que otras transnacionales, antes y después de ellos, habían realizado previamente un estudio de los rasgos psicológicos de los factores reales del poder en Panamá.

Conocían pues –como se dice– dónde duerme la langosta. Langosta que en Panamá, ha tenido una mutación particular que, al mezclarse con pirañas y termitas, ha dado como resultado un nuevo híbrido, instrumento para la recorrupción: los PILATES.

Así las cosas, durante dos lustros se han dado todo tipo de ‘lujos' y lograron montar toda una constelación para desenvolverse impunemente y saquearle al pueblo panameño, todo lo que han querido y podido.

Tempranamente hicieron y deshicieron lo que les dio la real y santa gana, con el concurso, por acción u omisión, de tres gobiernos que, uno tras otro, prestaron al país y se prestaron ellos para el moderno saqueo de nuestro bolsillos, cuales ‘alíbabás' alimentados por la impunidad, que contribuyeron a consolidar con creces.

Hoy, la población panameña que no ha logrado aún recuperarse del saqueo de las arcas nacionales practicada por los gamonales locales y su partidocracia, no alcanza a medir el daño que ello ha significado y significará para nuestra dignidad nacional y personalidad internacional.

Pero, la danza de millones continúa, dado que no hay, a la fecha, voluntad real de parte de las autoridades y de importantes sectores nacionales, de que se le ponga un alto decidido.

Por ello, tanto la Marcha Ciudadana del pasado 25 de enero como la Vigilia de pasado mañana, miércoles 8 de febrero, son solo un paso de un largo camino a recorrer.

*Catedrático Universitario