Putin puede considerarnos objetivo militar

Luego de 17 días de la criminal agresión de Rusia a Ucrania, que parece no terminará pronto, se puede generar que ese conflicto escale a nivel mundial.

Y eso qué tiene que ver con Panamá?

Solo hay que remitirse al ‘Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal' que firmó el dictador Torrijos. Ese tratado, con sus enmiendas y reservas, da ‘derecho' a los Estados Unidos de América (EUA) a intervenir en todo Panamá a su consideración unilateral ante situación que ‘ponga en peligro' el Canal, lo que se aleja del concepto neutralidad y nos alinea con EUA. Pero va más allá cuando dice que los barcos de guerra de EUA, en momentos de conflicto, usarán el Canal a la cabeza de la fila.

Si, como es previsible, el actual conflicto escala en intensidad y Rusia considera a EUA como enemigo y que el uso del Canal le da ventaja, es lógico que Rusia ponga a Panamá en lista de objetivo militar a destruir. Y cuál sería el arma a usarse siendo Rusia una potencia de armas nucleares? Indudablemente un misil intercontinental cargado con ojivas nucleares. Y eso que ocasionaría sobre Panamá? Una catástrofe, no solo porque destruiría el Canal sino porque mataría infinidad de panameños y dejaría una contaminación radiactiva por mucho tiempo. Rusia no dispararía estos misiles sobre países centroamericanos ni sobre los suramericanos porque esos países no son peligro estratégico contra ella pero sí lo haría contra Panamá porque el Tratado de Neutralidad no es de neutralidad. Es un eufemismo demagógico que usó EUA y su agente Torrijos para maquillar aquello de ‘la permanente intervención' que cínicamente reconoció Torrijos el 7 de septiembre de 1977 en la cede de la OEA en Washington.

La dictadura y su propaganda potabilizaron los Tratados de 1977. A 45 años, la nación panameña no ha entendido que ese tratado entreguista debe ser revisado porque nos pone en peligro ante enemigos de EUA.

El libro ‘Neutralidad: tarea pendiente' de Rafael Pérez Jaramillo, con testimonios del grupo Vanguardia Popular, vigente durante las "negociaciones', nos da una retrospectiva y visión actual del peligro de esa ‘neutralidad', que no lo es.

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