- viernes 04 de noviembre de 2016 - 12:00 AM
¡Puro show!
La clase política panameña ya no tiene ni como disimular la codicia. No hay argumentos que puedan justificar tanta conveniencia en sus acciones ni tampoco el descaro con el que se conducen frente a la gente. El acuerdo legislativo entre el PRD y el oficialismo no se sostiene en base a una agenda sino a intereses.
Nombramientos, presupuestos y hasta la intermediación a empresas para el cobro de cuentas al Estado, han sido algunas de la condiciones para que fuerzas políticas antagónicas mantengan la más sólida alianza parlamentaria de los últimos años.
Por otro lado, está Cambio Democrático, que se autoproclama la ‘verdadera y única' oposición al gobierno del presidente Juan Carlos Varela. Sin embargo, la mitad de la bancada del partido liderado desde Miami por el ex mandatario Ricardo Martinelli, vota a favor de las iniciativas aprobadas por la alianza parlamentaria PRD-Panameñista-Molirena- Partido Popular. Los intereses parecen agrupar a los sectores políticos, ya que incluso, Cambio Democrático, está más abocado a la defensa de los ex funcionarios expuestos a la justicia ordinaria por actos de corrupción durante la pasada administración, que por los verdaderos temas nacionales, donde, ciertamente, se les agradecería actuar como contrapeso y balance frente a la aplanadora oficialista en la Asamblea Nacional.
Pasado el proceso interno del PRD, donde la facción ligada al ala oficialista logró alzarse con las principales posiciones dentro de la estructura a nivel nacional; el divorcio aparente, se construiría en el principal reto que enfrentaría, el partido fundado por Omar Torrijos a finales de la década del 70.
‘La mujer del Cesar no solo tiene que serlo, sino también parecerlo'. Un viejo adagio que describe con precisión, el verdadero reto de la dirección del PRD para parecer más oposición que gobierno. Y es que, mientras los diputados y la nueva dirigencia mantengan a sus familiares más cercanos en encumbradas posiciones en la actual administración de gobierno y continúen como agencia de ‘factoring público', serán, sin duda, parte de este gobierno.
Periodista