- jueves 13 de octubre de 2022 - 12:00 AM
El Planells que conocí
Recuerdo con mucho aprecio, respeto y simpatía al ingeniero Juan Planells. Por años, desarrollamos una relación profesional, que se inició cuando fue mi fuente informativa en mi calidad de periodista.
En diciembre de 2019, fui invitado a un foro que él encabezó para conmemorar los 30 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Presidía la comisión oficial correspondiente. Relaté mi experiencia de corresponsal del primer día de la intervención, en una cobertura en compañía de Juanxu Rodríguez, español, y la descripción del momento en que fui a identificar su cadáver en la morgue del Hospital Santo Tomás.
Expresé, al final, mi desazón por la falta de voluntad política de entendernos, que propició ese zarpazo de Estados Unidos, y me congratulé que esa comisión hubiera encontrado una senda científica para esclarecer una parte fundamental, sobre los fallecidos en aquella acción.
Ingeniero Planells se me acercó y agradeció mi relato: “Muy valiente y patriótica tu exposición”.
En su calidad de Rector de la USMA, fue designado presidente del Consejo Nacional de Periodismo, y, en su discurso, enumeró logros de esa organización, que reúne del ámbito periodístico a representantes de empresas, universidades y gremios profesionales. Me cautivó la claridad de sus afirmaciones sobre el quehacer del periodismo, la libertad de expresión y el derecho a la información, en su coyuntura local e internacional.
Ponderó el homenaje que organicé en honor a los periodistas y otros comunicadores que reportaron en enero de 1964 el episodio de la agresión estadounidense a nuestro país y nuestra gente.
Juan migró de Cuba en 1961 y, como mi fraterno Tony Fergo, se integró a nuestra sociedad, y puso en ella lo mejor de su espíritu. Ya era ingeniero eléctrico graduado en la Universidad de La Habana. En nuestra patria, sumó otra carrera, la Ingeniería Civil.
Le recordamos al frente de organizaciones oficiales, públicas y privadas, como una empresa de exportación de muebles, que ingresó al peleado mercado estadounidense.
Íbamos a empezar una nueva edición del curso de locución en la USMA, que él dirigía, y me anunció que estaba tratando de organizar sus labores para inscribirse. No respondí ante semejante propuesta, que no llegó a suceder.
Coincidimos hace unas semanas en una actividad pública y cuando nos despedíamos me dijo: “Siempre te leo. Haces una gran labor ´patriótica”.