Piratas del Caribe 

Resulta bochornoso el papelón que nos hacen sufrir a todos los panameños, los encargados de velar por las actividades relacionadas al sector turismo en el país. Después de la trágica pandemia, finalmente volvimos a recibir con entusiasmo los primeros cruceros en el Puerto de Amador.

Minutos después, nos enteramos que los miles de turistas que se dispusieron a poner sus pies en nuestro suelo, lo primero que experimentaron fue el q uiebre de la plataforma que unía el barco con el muelle, ocasionando a los turistas lesiones a varios y desencadenando la desconfianza del resto de los pasajeros a bordo.

¿Qué explicaciones existen para que un hecho como este esté previsto en un puerto de cruceros recién inaugurado?

La verdad, es que para la mayoría de los que vivimos en Panamá, este tipo de cosas no sorprenden, porque a diario palpamos la desidia de nuestras autoridades, incluso, la de muchos de los ciudadanos que respaldan esta mala actitud.

No es solo la corrupción la que promueve que sucedan estas cosas, sino también la calidad de los seres humanos que se forman en los hogares de nuestro país. Los panameños somos de criticar a los demás, sin reflexionar que nosotros mismos y nuestro entorno propio, podría estar padeciendo lo que señalamos con el dedo.

Ahora resulta también, que la Isla Colón y la Isla Carenero en Bocas del Toro, se quedaron sin agua, una situación que venía alertándose desde hace años, tanto por la acción de los seres humanos en el medio ambiente y el cambio climático, como por la mala planificación.

El lugar con más potencial turístico del país, con la mejor referencia internacional de los viajeros que aman los destinos paradisíacos, termina en manos de la facción política más corrupta del país, que se ha apropiado de Bocas del Toro, haciendo de un paraíso de ensueño , la peor pesadilla.

Los bocatoreños tendrán que verse en el espejo de Colón, otrora 'Tasita de Oro', que también fue saqueada por los mismos piratas del Caribe.

periodista