- sábado 04 de febrero de 2017 - 12:00 AM
Odebrecht, huella de la corrupción
Panamá está siendo víctima de una red radical de corrupción por delincuentes de cuello blanco, que escandalizan los cimientos de la gobernabilidad y de la democracia, donde los grandes titulares noticieros se hacen eco de estos escándalos, que al final se desvanecen a los intereses del sistema corrupto, que impera y manipula los hilos del poder.
La corrupción de cuello blanco camina y avanza impunemente, dueña del poder, del soborno y la avaricia, desvelando los placeres de la tentación, de aquellos corruptos capaces de violar toda norma ética y moral de un estado de derecho por sus ansias de poder, empobreciendo a los pueblos e enriqueciendo a los corruptos.
Hoy, lo que era un secreto a voces, se ha convertido en un grito estremecedor de un pueblo cansado de ser víctima de un sistema pseudodemocrático al servicio de los intereses del poder de la corrupción.
El más vivo ejemplo es la red de corrupción y sobornos que la megamillonaria empresa Odebrecht creó en varios países, incluyendo Panamá, la cual, mediante una banda organizada de coimeros de cuello blanco, utilizó el poder del Estado para seguir enriqueciéndose, empobreciendo y robándole el dinero al pueblo, y me pregunto, si el señor presidente, Juan Carlos Varela, también será un rehén del sistema político corrupto que impera en el país.
Los escándalos de los ‘Panama Papers', que involucraban a un alto miembro del partido gobernante, y el último de Odebrecht, que salpica las últimas tres administraciones, desde Martín Torrijos, Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela, son parte de la huella de la corrupción y la impunidad, que atenta contra la estabilidad del país.
Es el momento de que todas las fuerzas vivas alcemos nuestras voces en la conformación de un movimiento nacional, con miras a adecentar el sistema corrupto y esta banda de delincuentes coimeros de cuello blanco.
Comunicador social y voluntario de los derechos humanos