Tengo años acudiendo al Desfile de las Mil Polleras, así que he sido testigo de parte de su evolución iniciando en calle 50 en 2003 hasta este año. Todos los he disfrutado, pero eso no me ha impedido observar y reconocer fallos, algunos muy fáciles de corregir de forma urgente, pues todo lo que pasó este año pone en peligro la participación de la empresa privada en los próximos desfiles.
Al grano: las instituciones del gobierno no deben participar, solo las regionales del área de Azuero y el ministro o director que quiera asistir acompañando a su equipo que pague todo lo suyo y lo de su cónyuge, chófer y guardaespaldas. Se quejan de que no hay plata, pero este año vi la mayor cantidad de manzanillos, carros con línea amarilla por metro cuadrado como jamás había visto en mi vida en ningún evento.
Los funcionarios de la Autoridad de Turismo tienen experiencia y conocimiento, pero cada vez que cambian a los directivos y les ponen nuevos asesores parece que la mala costumbre de empezar desde cero ignora toda la experiencia ganada; sé que hasta un Manual de Procedimiento hay engavetado en alguna oficina del antiguo IPAT.
Para lograr el éxito y minimizar los fallos, mejor idea es crear un patronato con residentes de Las Tablas; los tableños tienen un poder de organización pocas veces visto en nuestro país: gobierno sube o baja, ellos hacen sus carnavales, multimillonarios, a todo meter. Quien puede organizar con éxito un carnaval tiene, sí o sí, que estar presente en un futuro patronato o comité organizador del Desfile de las Mil Polleras. Las reuniones pueden ser hasta por Zoom. Sigo la próxima semana.
