- domingo 12 de febrero de 2017 - 12:00 AM
Juntos, pero no revueltos
Mucho se habla de la unidad de nuestros grupos populares o de la unidad del pueblo panameño frente a sus demandas más inmediatas. Y siempre se termina diciendo que esa unidad es imposible por las ambiciones de unos, la oposición de otros, la confusión de muchos, la división de todos y además de un mal muy panameño: ‘nadie cree en nadie, nadie confía en nada' y para rematar decimos y repetimos ‘que esto no lo cambia nada ni nadie'. Con este pesimismo, con esta derrota moral y política, sumada a la impotencia de los ciudadanos, grupos populares y demás, todos esperan las elecciones del próximo período, para sacarnos el clavo y alimentar la esperanza de resolver nuestros problemas personales y familiares, sin importarnos el futuro del país, que es el futuro de las nuevas generaciones compuestas por sus hijos, nietos, sobrinos y vecinos. Así la Patria de Justo Arosemena, no tiene metas, no tiene sueños, no tiene esperanzas.
Sin embargo, en estos días, el caso Odebrecht, ha llenado a un amplio sector de los panameños de esperanzas, exigiendo que se hagan todas las investigaciones del caso.
Pareciera que el pueblo panameño quiere la unidad ciudadana para que se conozca toda la verdad y que la justicia será igual para todos, caiga quien caiga.
Pese a la desconfianza ciudadana en que nuestra justicia investigue a todos los posibles culpables, se ha iniciado una movilización popular que demuestra la vergüenza ciudadana que existe contra el robo descarado de los dineros del pueblo panameño y la corrupción rampante de muchos empresarios y de muchos políticos de un bando y de otro. El peligro de esta movilización popular está en la campaña de confusión y sectarismo por parte de sectores interesados en que no se conozca la verdad, que no se conozca a los ladrones, que no se castigue a los coimeros y coimeados y que no se devuelvan los dineros robados.
Por eso es importante la unidad en la diversidad o juntos, pero no revueltos.…
Exembajador de Panamá en Nicaragua y Brasil