Irrespetan nuestros derechos y nadie hace nada

Mamá Juana gime, llora e implora a personas serias y honestas, pensantes que despierten o nos quitarán hasta el pensamiento.

Limitan la educación a nuestros niños, se les priva de alimentos y salud, pero se les impone inocular la vacuna experimental, pretendiendo ignorar la voluntad de sus padres.

Pablo Pueblo se queda sin palabras, porque bajo estas condiciones, el gobierno a través del MINSA y CSS, motivan e impulsan la vacunación con una sustancia experimental, donde el propio director de la CSS, en su momento, expresó que actuará como el pueblo, que: “…cuando exista una vacuna que pruebe que cree anticuerpos, que sea segura y qué además esté licenciada, este caballero se la pone…”, sin embargo sigue el experimento a la población más vulnerable, los niños.

El Hijo de Juana se queja porque la población desconoce si los actuales padecimientos de salud -de algunas personas-, pudieran estar relacionados a la vacuna experimental, salvo que la atmósfera se haya enrarecido repentinamente; porque el MINSA no presenta estadísticas que muestren de que enferman las personas y las que mueren, de que mueren.

El silencio te hace cómplice y mucho más cuando se gastan millones de dólares para combatir una enfermedad que finalmente pasará como un resfriado, pero por seguir lineamientos de la OMS, murieron miles de panameños y millones en el mundo.

Así como se destruyen las finanzas de la CSS se incrementan las necesidades de medicamentos y atención, pero nadie hace nada.

Igual pretenden trasladar el Instituto Oncológico, de dónde es equidistante desde diferentes puntos de la república, quizás para justificar ganancias a empresas aportadoras a campañas políticas.

Si los edificios que usa la Corte, el MINSA y los de su alrededor eran del Hospital Ancón, luego del Hospital Gorgas. ¿Por qué ahora no son devueltos al Oncológico? Los pacientes de cáncer tenemos que exigir mantener el Oncológico donde está actualmente y no ser trasladados a áreas distantes con inminentes tranques, poniendo nuestras vidas en juego. Dios te salve, Panamá.

Economista, educador, humanista.