• viernes 12 de agosto de 2022 - 12:00 AM

No hemos aprendido nada

Se insiste en ver el problema sectorialmente

Ya llevamos 6 semanas de la profundización de una crisis que, si le ponemos un inicio, se dio cuando la criminal invasión defenestró a su dictadura.

El hartazgo acumulado desde aquellos tiempos ha llegado a tal nivel que hubo protestas por los problemas económico que se veían como responsabilidad del gobierno, lo que es cierto pero ahí no está la causa del problema.

El cáncer originario está en el sistema político que ha permitido que, elección tras elección, lleguen a los cargos de dirección política gente de la peor ralea en valores y vaga ilustración, con pocas excepciones los que no confrontaron con el sistema.

Se insiste en ver el problema sectorialmente. La mayoría cree que el problema es económico con repercusiones sociales y lo tratan de enfrentar con medidas paliativas como las rebajas del combustible, de 70 artículos de la canasta básica familiar, de los medicamentos y de la electricidad y demás.

Cómo se llegó a donde estamos? Panamá vivió 21 años de dictadura que degradó, en todo aspecto, lo que ya venía degradado de gobiernos oligárquicos. Salidos de la dictadura Torrijo-Parede-Norieguista, en vez de fundar una Nueva República, dictaron un “Estatuto de Retorno al Orden Constitucional”. A qué orden? Al de la dictadura contenido en su constitución que ahora en octubre cumple 50 años. ¡Vaya absurdo!

El problema es político porque los más íntegros, aptos e ilustrados le tiene terror a la participación política y dejan que la política la hagan los peores. Resultado: lo que tenemos.

La expresión más clara del caos político o politiquero es la corrupción. Está en el punto 8 de la Mesa Única. Claro que los corruptos politiqueros no quieren que se toque diligentemente el tema porque, mientras tanto, siguen pelechando del presupuesto del Estado.

Lo que cabe, porque todavía se puede aplicar, es enfrentar políticamente la crisis. Cómo? Concertando con el presidente Cortizo y allegados a él que se debe ir a un “Gobierno de Unidad Nacional”, con un gabinete variopinto y que tome medidas urgentes de adecentamiento de la administración pública. Ahí iniciaría un nuevo camino que debe concluir con una constituyente convocada por ese gobierno de unidad nacional o por el surgido de una alianza de íntegros, aptos e ilustrados que gane en el 2024.

Odontólogo