Gobierno offshore

En las últimas semanas, tanto el Presidente de la República, como sus ministros, la partidocracia, los "comentaristas políticos" y simuladores de derecho, se han encargado de ofender más aún la dignidad nacional y la escasa personalidad internacional e Panamá.

Ante todo, ha quedado evidenciado, una diferencia entre lo que en principio ellos postulan y entienden por dignidad nacional y lo que hoy día es considerado como un elemento estructural de todo Estado moderno. Por ello, es de vital importancia que nos detengamos, así sea someramente en este tema.

Ellos, despreciando siempre la participación ciudadana, se han abocado principalmente, a la defensa de los intereses personales de los principales responsables del daño moral que ha significado para Panamá, el mantener vigentes los vicios existentes en el sistema político impuesto en 1972, originalmente por el régimen militar y luego apadrinado por ellos mismos y, que sigue vigente.

El problema que nos ocupa y aflige, no es un problema que puede resolverse con simplemente aplicar una técnica legal más refinada para resolver los vicios más groseros de nuestra debilitada institucionalidad.

Si bien el uso de una buena técnica legal, es eventualmente necesaria, eso no es lo principal. El problema principal que enfrentamos es que no tenemos una visión de país y mucho menos una visión de nuestro país en el mundo. Lo único que nuestros políticos atinan a decir, es hablar del Canal y del Turismo y de los negocios y el dinero que eso significa para el Panamá de ellos.

Pero todos esos recursos que han entrado y entran a Panamá ¿a quienes aprovechan? Si nuestro país es tan próspero ¿Por qué no invertimos en educación y de amos de apadrinar a los que la corrompen? ¿Por qué no hemos desarrollado un país donde cada cual pueda labrarse su futuro y al mismo tiempo contribuir al desarrollo de su comunidad? No solo en términos de dinero o bienes materiales, sino en términos de solidaridad, en términos de identidad común, del desarrollo de las potencialidades individuales y colectivas que tiene nuestro pueblo.

Panamá no puede ser solo un Canal y un Gobierno offshore. El pueblo panameño es mucho más que eso y, por eso, es que necesitamos con urgencia el entorno que permita un proceso de diálogo, debate y discusión para que se deje a un lado la imposición, la autocracia y la corrupción rampante.

*Constitucionalista y catedrático universitario

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‘Lo único que nuestros políticos atinan a decir, es hablar del Canal y del Turismo y de los negocios y el dinero