• miércoles 13 de julio de 2022 - 12:00 AM

Un gobierno acorralado 

El fin de semana observé lo ocurrido en Sri Lanka

Estas líneas tienen el propósito de darle lectura a un estado de zozobra que cabalga como jinete sin control por medio de la plaza, mientras a lo lejos, se escucha el ronroneo de las protestas, sin control, ni dirección y ni mucho menos con objetivos claros. La gente marcha, come raspado, baila, gritan, saloman, tocan tambor, sudan, hacen nuevas relaciones, pero no tienen idea de lo que hacen ni hacia donde van.

El fin de semana observé lo ocurrido en Sri Lanka, cuando una multitud sin control, irrumpió en la residencia del presidente y lo obligaron a dimitir.  Las imágenes y los informes a los que hemos tenido acceso, por el privilegio de estar conectados con el mundo de las consultorías y espacios de análisis de las situaciones políticas internacionales, nos indican que, siendo un movimiento trivial, sin dirección ni conducción política, mas allá de los clanes y grupos descontentos con la actuación del Gobierno de GOTABAYA RAJAPAKSA, han dado un golpe de timón, sin saberlo, dado que cuando usted  observa manifestantes bañándose en las piscinas de la residencias, una vez ingresados, nos refleja que no hay objetivos ni orientación en el movimiento.

Lo anterior, nos obliga a poner la mirada en lo que está ocurriendo en nuestro país. Un pueblo cansado de tantos abusos, de una Asamblea Nacional, que el 1 de julio en la tarde en la celebración en un hotel, me recordó los últimos días del régimen de Batista en Cuba, el 1 de enero de 1959, cuando todos vestidos de Blanco, celebraban lo que sería la última fiesta. De una corrupción galopante, de una señora que se gasta una millonada en una fiesta de 70 abriles. De un vicepresidente afectado por la última noticia política y prefirió dejar el país a la deriva, pero igual que en el país asiático, sin dirección ni conducción y si a esto le sumamos un gobierno, acorralado e impotente, de nada sirve que educadores, obreros, transportistas, estudiantes, productores, el pueblo en general, marchen si ni siquiera saben a dónde van.

Abogado