- jueves 17 de marzo de 2022 - 12:00 AM
Eleta y la descolonización
Ricardo Alfaro, exjefe de Estado, valoró la importancia del proyecto de tratado Robles-Johnson, de 1967, que sentó las bases de la relación con Estados Unidos y el proceso de descolonización de Panamá. En línea similar, se pronunció el expresidente Aristides Royo, negociador de los Tratados Torrijos-Carter.
En el ánimo negociador de las partes, fue crucial una reunión celebrada en 1965 en el carioca Hotel Gloria entre los responsables del exterior de Estados Unidos, David Dean Rusk, y de Panamá, Fernando Eleta. Lo relata un testigo, Charles Adair, ohaiano y entonces embajador en Panamá. Ambos funcionarios empatizaron. Johnson empezó, entonces, a entender la magnitud del conflicto originado por la presencia estadounidense en nuestro istmo, afirma Adair (1914-2006), veterano del servicio exterior, buen verbo y exboxeador aficionado, en entrevista ofrecida en 1999, a Ñopo Eleta.
Criado en ciudad de Panamá y estudiante de la felipeña Escuela Simón Bolívar, Fernando vivió, aún adolescente, los horrores del estopín de la Guerra Civil Española. Se graduó de Filosofía Política e Ingeniería Estructural en las reputadas universidades estadounidenses de Stanford y MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
Ese episodio de negociador y funcionario figura en el documental “Legado de un ciudadano”, de José Luis Rodríguez y Baty Eleta, cuya premier se presentó con motivo del centenario de natalicio del excanciller Eleta y los 62 años de una de sus iniciativas cumbres, la fundación de RPC Televisión.
Eleta dirigió un equipo negociador integrado por el Guillermo Chapman (economista), Roberto Alemán (abogado) y Diógenes de la Rosa (académico de la Lengua y de la Historia). El clima era de tensión tras la agresión armada acaecida el 9 de enero de 1964. El presidente Chiari interpeló, en medio de esa agresión, al presidente Johnson, rompió la relación y clamó por una nueva relación.
En vísperas de las elecciones presidenciales en ambos países, el proyecto de tratado no fue presentado ante los poderes legislativos. El Colegio de Abogados y otras entidades locales lo rechazaron.
A esas alturas, se había acordado negociar un nuevo tratado, que reemplazara el de 1903, garantizara la soberanía panameña, estudiara la posibilidad de un canal a nivel, preservara los derechos de los empleados canaleros e integrara en Panamá la Zona del Canal.