- martes 18 de marzo de 2014 - 2:04 AM
Editorial
Para los antiguos romanos, la idea de la evolutio designaba el ‘desenrollo’ de un ‘volumen’ de papiros pegados y enrollados, bajo cuyos pliegues aparecía un texto apto para ser leído. Es decir, trasladando el concepto a nuestros tiempos, evolucionar era ‘abrir un libro’ y disponerlo para que fuese leído. Es justo lo que hoy hace El Siglo con el ‘repensamiento’ de sus plataformas y productos: abrimos el libro, con la intención de que los lectores beban nuevos y buenos contenidos. Esta evolución no es solo de diseño o patrones. Se trata de un salto al futuro, que conlleva la segmentación y estudio de las audiencias, la constante evaluación de la realidad, y el uso más eficiente de la tecnología. El Siglo de hoy es más que un diario de papel. Es un cuarteto que incluye el impreso, la página web, teléfonos inteligentes y tabletas, cada cual con sus andamiajes y secretos. La ciudadanía digital exige hoy contenidos más ágiles, frescos y diversos. La labor periodística sigue siendo la misma: buscar y mostrar con honestidad los rostros de la verdad. Pero nuestro reto es hacerlo para cuatro plataformas diferentes: cuatro libros que se abren para ser bebidos.