- sábado 07 de abril de 2018 - 12:00 AM
¿Por qué un doble rasero?
Todos los que circulamos en nuestros vehículos o en transporte público conocemos y sufrimos la congestión que se produce en el tramo comprendido entre la calle Manuel María Ycaza (comenzando en el edificio Comosa) y hasta bien pasado el semáforo ubicado en la avenida Samuel Lewis, en la esquina del Santuario Nacional, que se agrava con los muchísimos autos que vienen de la Vía España y desembocan frente a ese templo.
La avenida Samuel Lewis, que corre desde la ya citada Manuel María Ycaza hasta la Vía Brasil, como puede apreciar todo el que transita por ella tiene un volumen de tráfico descomunal y desde que fue construida solo cuenta con dos carriles y debió ser ampliada hace décadas.
Si se observa la línea de construcción que han seguido los edificios colindantes, puede apreciarse que existe un retiro que debió destinarse a ensanchar la calle; pero en lugar de esa medida que era necesaria y urgente, a ciencia y paciencia de las autoridades y muy especialmente del flamante municipio capitalino, todos los retiros han sido ‘secuestrados' para estacionamientos privados.
Si se compara esa flagrante anomalía con las acciones enérgicas y en su mayoría arbitrarias que se desarrollan bajo el rimbombante programa denominado ‘Intervención y recuperación del espacio urbano' del alcalde Blandón, es más que evidente que, por ejemplo, en el área de la Vía Argentina y la calle Arturo Motta ha habido absurdos excesos, mientras que en la avenida Samuel Lewis ha sido lo contrario: una excesiva tolerancia que abiertamente invita a la sospecha y a la especulación poco favorable para los funcionarios que diseñaron y ejecutan ese programa.
Si se comparan las obras que a tambor batiente se vienen realizando en un sin número de áreas de la capital, que la han convertido en un auténtico caos, con el caso de la avenida Samuel Lewis, la lógica y el sentido común brillan por su ausencia, al igual que las explicaciones que nos deben hace ya más de un año. Abogado