• sábado 21 de enero de 2017 - 12:00 AM

¡Despacio, que tengo prisa!

Las elecciones del 2019, tal vez como pocas en nuestra historia republicana, se perfilan como cruciales para el futuro de la nación

Se atribuye a Napoleón haber dicho al ayudante de cámara, que se apresuraba vistiéndole, pero no lo hacía correctamente y, en consecuencia, lo retrasaba: ¡Vístame despacio, que tengo prisa!

La anécdota y el refrán son aplicables a lo que ocurre con la discusión del proyecto de las reformas al código electoral, que algunos demandan, siguiendo la tónica apocalíptica impuesta por el magistrado expresidente, recientemente fenecido, que se aprueben para mañana, como si las elecciones estuvieran a la vuelta de la esquina, cuando todavía faltan dos años y varios meses para la próxima cita electoral.

Las elecciones del 2019, tal vez como pocas en nuestra historia republicana, se perfilan como cruciales para el futuro de la nación. Por consiguiente, las reglas que las regirán, antes que aprobadas a prisa, deben ser el marco que garantice un torneo justo y transparente.

Es un hecho que las actuales reglas electorales no responden a las aspiraciones de la gran mayoría de la ciudadanía y, por tanto, se las debe mejorar, pero precisamente por eso no se recomendables las falsas urgencias.

El proyecto que salió de la Comisión Nacional de Reformas Electorales, para ser objetivo, resume más insatisfacciones y frustraciones de los representantes de la ciudadanía no partidaria que allí participó, que avances para cambiar sustancialmente la legislación electoral vigente. Y si a eso se agrega que los rumores que se filtran del rumbo que han tomado las negociaciones a lo interno de la Asamblea indican que hay poca voluntad para enmendar los entuertos, mayor razón para actuar sin precipitaciones.

Aconsejable sería que las dirigencias de los partidos, con transparencia y claridad divulguen sus intenciones sobre el camino que pretenden seguir; qué otras reformas tienen en mente y que la sociedad tenga la oportunidad de conocerlas y reaccionar.

Las reformas deben ser positivas y no rápidas; eso es lo que demanda la ciudadanía y entonces ganaremos todos.

Abogado

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