En la conferencia de prensa del pasado jueves, al presidente Mulino se le preguntó: 1. Si tenía conocimiento de que en algunas regiones del país los cupos de taxis se venden por sumas escandalosas y 2. Cuándo se publicará la anunciada lista de los tenedores o adjudicatarios de las libretas de la Lotería Nacional de Beneficencia.
A la primera respondió, después de declararse desconocedor del tema y de señalar, lo que es cierto, que los cupos para taxis los concede el Estado y solo cuestan B/.10.00, que solicitaría un informe al Sr. Ábrego de la ATT; a la segunda, que la directora, que ya está confirmada en el cargo, deberá hacerlo con prontitud y hasta chanceó que a él no le preocupa que las publiquen, pues no tiene libretas.
En cuanto a los cupos de taxis, es un hecho conocido que unas cuantas empresas se han adueñado de decenas y hasta centenares de cupos. Su negocio, que vienen practicando a ciencia y paciencia de las autoridades, es el arrendamiento, con opción de compra, mediante el pago de “cuentas diarias” de hasta 45 balboas. El arrendatario y eventual comprador se compromete a pagarlas puntualmente por períodos de 2 a 3 años, en los que pagará entre 30,000 y 40,000 balboas, por un vehículo que, si se le entregó nuevo, pudo tener un valor de 10,000.
El negocio se redondea con la promesa de que cuando se pague la totalidad de las cuentas diarias, se le traspasará el vehículo y el cupo para operarlo, por el que debe pagar otra suma adicional, que fija el explotador del negocio.
Con las libretas de la Lotería Nacional, también es conocido que miles de ellas han sido acaparadas por explotadores que las “dan a vender”, por la mitad de la comisión, o sea, que a los vendedores reciben el 5% y “los dueños de las libretas”, sentados en sus casas y oficinas “se embolsan” el otro 5%.
La solución, tanto en el caso de los cupos como en el de las libretas de lotería, es sencilla y puede hacerse efectiva en cuestión de días: cancelar todos los cupos y adjudicárselos a quienes efectiva y comprobadamente manejan los vehículos, e, igualmente, quitarle las libretas a quienes no venden los billetes y chances y adjudicárselas a quienes físicamente las venden.
Publicar las listas es una cosa, actuar y sin dilaciones es otra. ¡Amanecerá y veremos!