- viernes 04 de julio de 2014 - 12:00 AM
‘Cueva de ladrones’…
Solo bastaron 15 horas para que Ricardo Martinelli convocara para su juramentación a la directiva del Parlamento Centroamericano en Guatemala, y con ello tener inmunidad. Resulta irónico que la misma persona que una vez llamó ‘cueva de ladrones’ a esta organización regional, termine apresurando las funciones de este hemiciclo, con fines ajenos para los que fue creado. Encontrar lógica para la actuación de uno de los ex mandatarios regionales con más popularidad al final de su administración, es casi imposible si uno intenta analizar en buen contexto la coyuntura que plantea esta actuación.
Deslucir 5 años de trabajo y progreso con una acción como esta, deja mucho a la imaginación de quienes pensamos por delante en el axioma del que no la debe no la teme. ‘Gallitos’ de pelea que lanzaban ‘espuelas’ a todo el que se les paraba al frente, terminan desluciendo la faena. Si las obras no tienen sobrecostos y la mayoría de los bienes obtenidos durante los últimos años son de buena procedencia, por qué tienen que ampararse de forma desesperada en una inmunidad.
Las buenas intenciones desaparecen de inmediato y cobra vida la malicia. Decenas de guardaespaldas para una familia que, aduce, ha hecho bien su trabajo como administrador del Estado. Se completa el ciclo de bellaquera, que termina por desencantar al pueblo que confió sus recursos a un grupo que habló de cambios y que terminó evadiendo sus responsabilidades como custodio de las arcas de un país.
La deuda pública es de espanto y la pregunta que todos nos hacemos es qué encontrará el nuevo gobierno cuando sacuda las alfombras. Seguramente, tardará meses la nueva administración en detectar dónde se esconden los chanchullos que englobaron una deuda, que en principio parece impagable.
Millones de dígitos tendrá que asumir el pueblo panameño para enfrentar la inmoralidad y la mala fe de quienes abusaron del poder para asegurar de lujos y excentricidades a muchas generaciones.
* Periodista