- lunes 07 de junio de 2021 - 12:00 AM
Criticar sin preguntar
La semana pasada culminó un proceso que se inició el año pasado que visité el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Ankara: La develación de un busto en la galería de próceres en el Centro de Estudios Latinoamericanos de esa universidad junto a los grandes próceres como José Martí (Cuba), José de San Martín (Argentina), Gabriela Mistral (Chile), y otros nombres reconocidos internacionalmente.
La decisión de seleccionar a Justo Arosemena para que ocupara ese honroso lugar fue tomada en consenso, con académicos e historiadores panameños que al unísono dijeron que el panameño que mejor nos representaría era el brillante político y diplomático a quien llamamos el ‘padre de la nacionalidad' y ‘el panameño más ilustre del siglo XIX'.
Y como todo es tan difícil de hacer en la función pública, me enfrenté a buscar los recursos para confeccionar el busto y colocarlo en su lugar de honor. Me acerqué a la Asamblea Nacional, que lleva con orgullo el nombre de don Justo en el complejo donde sesiona (Palacio Justo Arosemena) y después de mucho insistir, aceptaron pagar el coste del escultor.
Finalmente, esta semana que acaba de terminar el presidente de la Asamblea, Marcos Castillero Barahona y dos funcionarias, de su despacho, viajaron a Ankara al acto de develación, que planeamos con mucho esmero y detalle, y al que asistieron desde el rector de la universidad, decanos, embajadores latinoamericanos y altos funcionarios de la cancillería turca. La visita no estuvo exenta de otras obligaciones, como colocar una ofrenda floral al mausoleo de Atatürk, padre de la patria, visita a diferentes facultades, al rector de la Universidad, al Parlamento turco, donde hay un grupo de amistad de Turquía y Panamá y prosiguió en Estambul, con visitas a la Universidad Politécnica, considerado el MIT turco.
Enseguida salieron los memes y tuits de los oficiosos pseudo periodistas amarillistas descalificando el evento, sin siquiera conocer las razones del viaje del legislativo.
No me extraña de los medios que se dedican al descrédito por oficio, pero sí de los periodistas que yo creía serios. A pesar de todo, valió la pena hacerle un justo reconocimiento a Don Justo en la legendaria Turquía.
EMBAJADORA DE PANAMÁ EN TURQUÍA