Sin criterio no hay perspectiva

La pandemia trajo consigo algunas de las pautas que serán la constante dentro de los nuevos procesos y patrones de la conducta humana. Tal vez, son los caminos lógicos que se tendrán que afrontar para superar todos los obstáculos que derivan de la convivencia, dentro de un espectro dominado por las ideas libertarias y el concepto más amplio de los derechos humanos.

Aceptar todo lo que miembros de la especie proponen como derecho individual: tarde o temprano, traerá confrontaciones que derivarán en otros procesos de involución con respecto a las libertades y los derechos, tal y como las conocemos hoy.

Solo en temas de acceso a la información a través de las redes sociales, se abre un compás de situaciones que transmiten la falsa sensación de transparencia y acceso libre a la información, pero que también se constituyen en un nuevo modelo de anarquía informativa al servicio de intereses creados mediante plataformas de dependencia tecnológica.

La débil formación en la convicción de valores y criterios, por parte de una población plagada de información, pero sin el sano juicio para su valoración lógica y analítica, convierte a la masa receptora en un enjambre robotizado, vulnerable a los miedos e inseguridades expresados, a través de dispositivos y plataformas virtuales.

Hoy se pueden conocer los gustos, preferencias, miedos, fobias, banalidades, cualidades, simpatías, aficiones, tendencias, ánimo, sentimientos, animadversiones, entre otros tipos de estados de conducta y conciencia humana; a través del uso de la inteligencia artificial creada mediante la tecnología.

Los efectos de esta práctica que manipula el pensamiento colectivo, desde la incidencia en las campañas electorales, políticas públicas, marketing comercial, posicionamiento ideológico y la salud mental de la población; fijan la nueva normalidad.

En realidad, el ‘camarón' de todo este proceso de innovación tecnológica al servicio de humanidad, gira en torno a un elemento señuelo sobre libertad y acceso a la información; algo que, sin lugar a dudas, resulta atractivo para la gente y también para los intereses creados por individuos con codicia.

PERIODISTA