- martes 21 de enero de 2014 - 12:00 AM
La crisis del Canal... ¡increíble!..
La sumisión panameña a Washington debiera haber variado. Omar Torrijos marcó ciertas pautas, y respecto al Canal, llegó a hablar directa y francamente con los japoneses, aunque eso fue uno de los motivos de su asesinato. La dependencia geopolítica de los estadounidenses – en pleno siglo veintiuno- debe tener ya una cierta relatividad, y no una adicción miedosa, como en los años sesenta. La crisis del Canal nos deja, al menos, el sabor de que no nos pueden imponer demasiadas cosas desde afuera; pero eso se debe a que las empresas constructoras, en quiebra hoy, no son norteamericanas.
La voz de la Comunidad Europea, recién salida, ante el fiasco de la visita ministerial española —que quedó en champañas y discursos— trae cierta débil esperanza; porque solo dicen que ‘desean mediar’, y lo que falta es billete, del grueso, en buenas condiciones. Y una reactivación rápida. El mundo naviero nos observa, ha hecho planes y grandes inversiones. Las actuales empresas están listas para la foto, ilíquidas. Ante estos momentos, los nacionales estamos a prueba, no solo la ACP o su administrador, Sr. Quijano. Él se está portando, en nuestra opinión, muy bien. No se ha dejado amedrentar.
Sin embargo, hay algo que nos asombra. Una noticia pasada: a mediados del año 2013, el Gobierno de China Popular, por medio de su Banco Central, ofreció por escrito, sin exigir relaciones formales — lo que habría creado un problemita con los taiwaneses— un financiamiento completo del cuarto juego de esclusas, del nuevo puente que debe construirse, y cualquier otra obra civil de magnitud. Ya, según parece, se olía la quiebra del actual grupo. No nos atrevimos a considerar tal oferta, por ‘el síndrome de sometimiento a Washington’. Panamá ya debiera ubicar su política exterior como corresponde al concierto internacional moderno. Plenas relaciones con la potencia china; de segundos, con oficinas comerciales, los taiwaneses. Seguimos, en ese sentido, como decía ‘Chuchú’ Martínez, ‘en el lado defecado de la historia’. Tal ofrecimiento de los chinos fue realizado y debe seguir en pie, en esta emergencia. Nos gustaría que el administrador o la Junta Directiva nos desmientan. No solo eso. Nos aclaran que estando el ingeniero Alberto Alemán, a quién respetamos muchísimo, se le dijo a ese administrador —en presentación formal— en febrero de 2012, que las megaobras no serían terminadas con el grupo empresarial que contrataban, debido a investigaciones sobre sus vulnerabilidades económicas y financieras. Tal como ha ocurrido. Es decir, hubo luces amarillas parpadeando, antes de las rojas, que hoy nos tienen en horizontes peligrosísimos. Cuidado con una vaina estadounidense, que pueda afectar los tratados Torrijos-Carter. Ya Obama ha mostrado sus garras, no tan demócratas. ¿Cómo arriesgar, sin buscar todas las posibilidades, nuestro mayor patrimonio con Nicaragua bailando?
* EXMILITAR