- lunes 30 de octubre de 2023 - 10:25 AM
La consulta popular es lo más sensato
La decisión del presidente Cortizo de someter al voto popular el tema minero me hace recordar eventos tristes. En la fecha elegida, 17 de diciembre, fue el día en que murió mi padre en 1987. Y en ese año el pueblo estaba en la calle pidiendo la salida del general Noriega. Para esos tiempos era gerente de radio América y corresponsal de la Voz de los Estados Unidos de América. En noviembre de ese año visité a mi padre quien se encontraba en el lecho de enfermo en la casa de mi hermana Analís Hernández, en David, provincia de Chiriquí. A los tres días de estar junto a él le dije que debía regresar a la capital para continuar cumpliendo con mis deberes profesionales.
En 1987 también dirigía la escuela de Periodismo de la Universidad de Panamá. Escuché a mi padre, con una voz que más parecía un lamento… En ese instante me pidió que no me fuera. Frente a esas palabras le expresé que lo haría pronto. Tenía, entre ceja y ceja no parar hasta ver caer la dictadura y que renaciera en el país la justicia, la libertad y la democracia. Y regresé a los pocos días para presenciar el cuerpo sin vida de Felipe Hernández Talavera. Fui a todas las marchas en calidad de periodista, pero también de ciudadano comprometido con los más caros intereses de la patria.
Dicen que los hechos se repiten en espiral. Hoy vivimos los mismos escenarios de aquellos años de 1987, 88 y 89. Ahora no tenemos a un desgobierno militar, pero sí existe una administración que responde a los intereses de un partido político que aplaudió las bellaquerías de un general que entró en comportamientos anormales… locos. Tal como lo dicen varios medios y personas pensantes, el tema minero es uno más de la larga lista de desaciertos. Hemos llegado al hastío… hay un hartazgo de la población frente a tantos errores. Lo que pasa en Panamá es necesario para que todos cambiemos el rumbo.
El presidente nos lanza otro balde de agua tratando de apaciguar el fuego. Nos dice que llevará el tema minero a un referéndum el 17 de diciembre y para tal efecto le pedirá al Tribunal Electoral que se prepare para esa consulta popular. Dijo el mandatario que la voluntad del pueblo será de obligatorio cumplimiento. El pueblo es el soberano. También declaró que propondrá a la Asamblea Nacional un proyecto de ley para eliminar la minería metálica a nivel nacional.
¿Cuál será la reacción de las fuerzas que están en las calles? Mi consejo sano es volver a las casas; permitir que la vida continúe con normalidad hasta ver los resultados de la consulta popular. Durante el mensaje a la nación el presidente fue preciso. Él sabe que su figura no representa el agua que tanto necesita la población para calmar el fuego. Mientras menos diga… mejor será. Pido que le demos un voto de confianza para que todos nos pronunciemos en ese referéndum, confiados en la promesa del mandatario que el resultado será de forzoso cumplimiento.
Los acontecimientos y los pasados recientes tienen que ser un claro mensaje al gobierno para que no intente burlarse de la población. Volvimos a los mismos escenarios de la década del 80 cuando terminamos con una invasión. No retén al pueblo… la posición de la ciudadanía es clara y tajante. Además del tema minero queremos un gobierno que administre la cosa pública como buen padre de familia y que le haga frente a esa mayoría en la Asamblea Nacional que hace lo que le da la gana. Y para esos diputados desaforados que andan con sus gritos y poses de desquiciados, por favor mírense en este espejo.
Y por favor, no hagan como Noriega que mandó a los matones a maltratar a la población. ¿Se acuerdan de aquel 10 de mayo de 1989 cuando los militares vestidos de batalloneros intentaron asesinar a los candidatos triunfadores? Les puedo hablar mucho sobre ese pasado reciente. La Patria está en metástasis. El cáncer inició con la coima que le pagamos a los oficiales colombianos para que se fueran en ese noviembre de 1903. Está en metástasis cuando le dimos una coima de 25 mil dólares al mocho Esteban Huertas para que traicionara a su ejército y también por esas leyendas urbanas que rodearon a los “proceres” de esos tiempos. Pronto haré un recuento, una crónica de los diferentes escenarios negativos que mantienen a Panamá en cuidados intensivos. Hemos tenido administraciones que han pensado más en los bolsillos que en los intereses del pueblo. Así lo veo, así lo siento… así lo escribo.
Docente universitario